¿Qué te pasa mundo distraído, mundo cobarde, mundo ciego, mundo egocéntrico, mundo a la defensiva, que puedes vivir sin considerar al que vive contigo? Puedes mentirle, abusar de él, aprovecharte de su buena fe, saber que no te haría daño... y aún así, no le concedes la justa condición de abrazarlo completo o dejarlo libre. Lo mantienes contigo y luego lo despides sin pagarle indemnización, o lo conservas cerca a base de engaños, o nunca firmas un contrato que estipule los derechos de la sociedad para no tener que enfrentar luego las consecuencias de tu irresponsabilidad... y mientras tanto, te alimentas de él, le exprimes hasta la última gota, la última esperanza.
Lo malo de que la esperanza muera al último es que uno podría morir antes que ella.
La intocable perfección
Dios, el amor, el arte, intocables. Mejor creer de una manera que no limite, que no manche. Mejor dejarles libertad para que se expandan. Pero en esta corta vida, peco de desperdicio por no crear un concepto preciso de Dios en mi cabeza, por no agotar el amor desbordado que produce mi corazón y por no osar dedicar mi tiempo a hacer arte y reconocerme artista.
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