La vertical

¿Por qué tantos temas en un día me llevan a una vertical misteriosa, imponente y aparentemente sabia? Un actor debe conocer la vertical para poder corromperla. Un cantante debe saber utilizar la vertical en la columna de aire para proyectar correctamente en voz media y no echarse a perder las cuerdas cuando está bajando a voz de pecho. "Levántate- regresa a la vertical- y anda". Hasta las gráficas económicas se perciben positivas cuando crecen con pendiente más vertical. Las letras también están repletas de verticales. Los números, igual. La tradición atribuye verticalidad al camino al Cielo. Son apreciados los cuellos largos, las piernas largas... verticales. ¿Habrá algo interesante detrás de esta predilección por las verticales?

El silencio de la fregonería

Cuando era pequeña, me enseñaron que no debía comentar mis buenas calificaciones con los demás para no resultar desagradable para otras personas. Me decían que había que ser sencilla y callar los éxitos. Sin embargo, si me iba mal en alguna ocasión, podía decirlo y nadie iba a molestarse por ello. A veces- me da un poco de tristeza admitirlo- me sentía bien de que me fuera mal, porque eso iba a hacer que pudiera comentarlo con alguien. Son hechos en una misma dimensión, pero uno está condenado al silencio y el otro goza de la bendita indiferencia.

Mientras mejor vayan las cosas, más calladito hay que tenérselo todo. Si en algún proyecto ganas bien, no digas nada porque empezarás a ser el tema de conversación y perderás la frescura de las conversaciones que solías tener con tus amigos. Si tienes admiradoras, que nadie lo sepa... no sea que te acusen de ser pagado de ti mismo y pecar de exigente. Si ganas algún premio, escóndelo y sal corriendo. Si ayudas a alguien, no sólo tendrás que callarlo... deberás hacer todo lo posible para que nadie se dé cuenta.

Cuando las cosas vayan bien, pues, estarás condenado al silencio, a no poder compartir con nadie esos éxitos que te dejan contento. Tendrás que procurar que nadie malinterprete tus buenas intenciones, para que tus proyectos no sean saboteados por la suspicacia de otras personas. Si estás contento porque te fue bien, tendrás que estar solo con eso. La felicidad te quemará por dentro. Cuando te vaya mal, por el contrario, la gente estará feliz de saber que puede hacer algo por ti, que después de todo, eres un humano como cualquier otro.

La bondad se estila en la forma de ayudar al fregado, no de compartir el éxito con el fregón. A veces pienso que el más necesitado no es el fregado, sino el fregón.