Eco

¿Por qué siempre soy yo la que se queda hasta el final, escuchando el eco de las palabras que dejaron de pronunciarse? ¿Por qué no puedo conformarme con los finales infelices? ¿Por qué me molesta tanto claudicar- aunque a veces tenga sentido- cuando no era mi voluntad hacerlo? ¿Por qué sigo desmembrándome, arrancándome la piel, los músculos, los huesos, el espíritu, para no dar menos que todo? ¿Por qué no dejo de tener esperanza? ¿Por qué soy una persona feliz y siento el eco de ello cada día?

La amargura jamás admitida de las ilusiones

El miedo a que no sucedan.
El miedo a que sucedan y terminen.
El miedo a que parezca que suceden y continúen pero nunca hayan sido realmente.
El miedo a cerrar los ojos y que jamás se toquen los labios.
El miedo a abrazar y que los otros brazos se queden inmóviles.
El miedo a escribir y que no haya respuesta o la haya pero fría y distante.
El miedo a parecer... a ser... ridícula.
El miedo a tener que guardar la compostura.
El miedo... al miedo mismo... que haga que una se aviente a lo baboso para vencerlo.

Espacios vacíos

Todos los espacios son suceptibles de ser rellenados.

Quien deja un vacío a su paso, está autorizando tácitamente a alguien más a ocuparlo. Quien se quita, cede su lugar. Quien calla, da el paso a un silencio que puede ser roto en cualquier momento por otra persona. Quien deja ir, está sacando un libro del estante. Quien suelta, abandona.

Hay que tener un poco de cuidado con la cantidad de espacio ocupado, porque en cualquier momento podría llegar a ser un espacio vacío.

Dulzura

La dulzura es de temer: poca gente puede resistirse a ella.

Risa

Es difícil conocer profundamente a alguien cuando no se lo ha escuchado riendo alguna vez.

Descanso

En esta civilización se penaliza el descanso... como si fuera descuido, haraganería o signo de mediocridad.

Los humanos no estamos acostumbrados a aceptar nuestros límites: sabemos dar mantenimiento a las máquinas y los edificiones, pero no a nosotros mismos.

Bien/Mal

Es más fácil decidir cuando se cuenta con atajos como una escala de valores discriminatoria entre lo que es bueno y lo que es malo. Una mente menos categórica se confundirá más, tardará más en decidir y probablemente batallará más en definir cuál es el mejor camino... por lo menos mientras define qué etiquetar como bien y qué como mal.

Penetrante

Soy como el aire que se cuela por cualquier apertura, pero jamás es absorbido. Soy como las ideas, que buscan una mente abierta para entrar y volver a salir, renovadas. Soy como el agua... esencialmente libre en su forma, transparente y de naturaleza fluida. Soy como la música, que no puede existir sin expresar algo. Soy como el silencio, presente e imperceptible. Soy como la basura que se hace un lugar. Soy como la tierra, llena de posibilidades. Soy como un listón que se anuda y se hace un moño. Soy como una cinta adhesiva que, por naturaleza, abraza todo lo que toca. Soy como una pendiente que se sube con dificultad y se baja sin notarlo. Soy como una manzana con cáscara comestible. Soy como la Luna que brillará mientras haya un Sol. Soy como un sofá que descansa en sí mismo. Soy como un telescopio que no puede observar sin moverse. Soy como un borrador, que se reescribe infinidad de veces. Soy como una esfera que no quiere mostrar todas las caras al mismo tiempo. Soy como la lluvia que no puede discriminar al suceder. Soy como un punto que contiene todo y nada, y que acompaña a las ideas hasta el final, sin necesidad de comprenderlas.

Revelado

Algunos piensan en blanco y negro; otros a color. Algunos piensan que las cosas son o no son... y otros les ven matices.

Hay pensamientos análogos y otros que parecerían digitales. Hay pensamientos que pasan por una profunda reflexión y otros que parecería que aparecen automáticamente.

Hay formas de ver la vida en positivo y en negativo: para lograr, para evitar, buscando, huyendo, consiguiendo, evadiendo, invocando, rechazando, viviendo, sobreviviendo. Hay formas de ver la vida y formas de dejar de verla.

Correspondencia

Entregarle algo al mundo... y que el mundo lo reciba. Intercambiar largas cartas con alguien a quien no se conoce en persona. Compartir un pan con alguien que estaba en el mismo lugar, en el momento preciso. Dar y recibir un abrazo tan pedido como entregado. Sonreír y recibir un gesto amable a cambio. Trabajar y tener trabajo. Extrañar y ser recordado. Amar y que el amor no sea bloqueado.

No es llorar y que las lágrimas se suiciden por el balcón. No es saludar y quedarse con la mano extendida. No es elegir y ser olvidado. No es ser y seguir desconocido. No es abrirse y ser criticado. No es escuchar y que el silencio no hable. No es tener una ilusión solitaria. No es tener la voluntad y que no haya la ocasión.

Complicidad

Íntima, libre, hermosa. Confianza, complemento, seguridad, compañía, equipo, soporte. Secunda, promueve, completa, integra, protege, refuerza, aprovecha, comparte. Elección expresa (...¡Bellísimo!). Comunicación. Dedicatoria.

Precisión

Me desagradan los reportes que tengo que hacer cada viernes por la mañana. Lo que más me molesta es tener que colocar el cursor donde deseo que se ponga la tabla dinámica. Lo pongo en la fila 4 para que en la 2 se ponga el filtro principal. Me molesta tener que ser tan precisa yo, mientras la máquina me cambia las cosas de lugar. Me fascina la precisión en la naturaleza, pero detesto tener que ser exacta yo. Uso crayones y no lápices, ¡vamos!

Energía sentimental

La energía puede llegar a comportarse como materia. ¿Los sentimientos pueden viajar a través de la sangre? ¿Es por eso que en el teatro importa tanto la respiración? ¿Es por eso que los sentimientos se contagian? ¿Uno puede caminar y de pronto absorber un sentimiento que se ha quedado sin dueño? ¿Uno puede transformarlo, como si fuera energía? ¿Uno tiene la capacidad de purificar la sangre y desenredar los sentimientos? Todos quieren una planta en casa. Todos necesitan un amigo.

Sentimientos de diversa naturaleza

"La generosidad se te regresa. La admiración no." Tato, al teléfono. Las llamadas deberían ser gratuitas.

La generosidad es de goma. La admiración es de vidrio.

Sé generoso y alguien más querrá compensarte. Admira a alguien y posiblemente nadie te admire a ti. Admirarán a quien admire tu admirado.

La generosidad rebota y la admiración se rompe, dejándote las intenciones hechas pedacitos por todo el piso.

Renuncia

Si no lo haces bien, renuncia.
Si te hace daño, renuncia.
Si no te deja crecer, renuncia.
Si duele más de lo que sientes que puedes soportar, renuncia.
Si no te aporta nada interesante y tú tampoco a eso, renuncia.
Si puedes con eso, pero no es lo que quieres... definitivamente, renuncia.
Si te equivocaste y tomaste decisiones que te han dejado donde no querías, renuncia y sigue buscando.
Más vale no terminar lo que empezaste, que terminarlo sin sentido.
Más vale cerrar una puerta, que mantener abierta una que no deseas utilizar.
Más vale que te vean con pena porque "fracasaste", que fracasar en serio.
Más vale decir no, que demostrar que puedes hacer lo que no deseas.
Renunciar es detenerse y corregir la trayectoria.

A la carta...

1) ¿Por qué la fe no corre al ritmo de todos?
La fe no corre... la fe es paciente y continua. La fe está lista para ser descubierta debajo de los prejuicios y la soberbia. La fe en realidad puede ser un tapete sobre el cual correr; no requiere paciencia. Por eso es tan noble.
2) ¿Cómo alcanzar a quienes se quedan?
Depende de qué estemos hablando. Si unos se van, y otros se quedan, entonces alcanzar depende solamente de estirar el vínculo sin dejar que se rompa.
Ahora bien, si se trata de alcanzar a quien va caminando detrás a un ritmo más lento, francamente no tengo idea de cómo se hace eso. Creo que se puede pensar en dos dimensiones, sin darle tiempo al tiempo ni espacio a la distancia.
3) ¿Qué es la certeza?
El reflejo de la fe en un hecho con probabilidad alta de ocurrencia.
4) ¿Cuándo puedes presumir que vives para el mundo?
Se presume que todos vivimos para el mundo, desde que el mundo nos da las herramientas para vivir en él. Sin embargo, el mundo recibe muy pocas dedicatorias.
5) ¿Es la pasión a la sensualidad como la pureza al arte?
La pasión es producto de un involucramiento profundo, sensorial, intelectual o emocional... es el impulso de selección y una desesperada voluntad de pertenencia. No siempre ha de ser sensual, aunque puedan sentirse sus efectos. La sensualidad tampoco necesita ser apasionada para existir... En cambio, no concibo al arte sin pureza... y me cuesta trabajo no distinguir arte en la pureza.

Tolerancia

Uno encuentra que la vida se va en un soplo. Se concentra en amar. Amar es aceptar. Aceptar no siempre es posible; entonces uno tolera. Tolerar es no entender ni mais, y saber que a veces uno no puede comprender lo que está bien. Tolerar es dar el beneficio de la duda. Tolerar es ver que discutir a veces puede ser un desperdicio de tiempo y energía. Tolerar es liberarse de siempre perseguir la corrección- lo que quiera que eso sea. Tolerar es hallar belleza donde originalmente parecía no haberla... y entonces empezar a aceptar. Tolerar es dejar ser; es reconocer la libertad ajena. Tolerar es hacer efectiva una ganancia donde uno ha quedado tablas. Uno tolera cuando está dispuesto a sorprenderse. Uno tolera cuando se reconoce observador en un mundo rico en historias.

Definición

No he escrito un cuento completo desde hace más de medio año. Ya no puedo cantar Va pensiero sin que se me vaya el aire. Ya no corro más de media hora sin quedarme corta de aliento. No doy más de dos abrazos físicos por día; eso si me va bien. Me he salido de centro con este cuerpo que tiene estrés por todos lados. No haré posada en ningún centro en este año. Mi casa no está llena de visitas todos los días. Ya no conduzco autos antiguos. ¿En qué trabajo? ¿Quién se supone que soy? Se me han terminado los argumentos para explicarme por qué hace un mes que no tengo flores en mi apartamento.

Comunicación trunca

"Eres una reina." "Qué bonitos ojos tienes." "Que tenga buena tarde, señorita."

Las mejores cosas que escuché en el día, se las dijeron a mi nuca. Esperaron a que yo terminara de pasar, para contárselo a mi estela. Yo no escuché nada... mi sombra me contó lo que habían dicho. Ni cómo decir gracias, o devolver el buenatarde. No esperaban que lo hiciera; no confiaban en que podría haber dicho gracias. No les interesaba ni mi réplica, ni mi recepción del mensaje, o siquiera saber si les creí. Era cosa de decirlo, no de hacerse escuchar.

Centrífugo

Acelérate, tienes prisa. No tienes tiempo de pensar, mucho menos de sentir. Vamos, no hay tiempo. Trabaja, duerme, brinda una y otra vez (más veces para que sientas que brindaste al menos una). Estudia, trabaja, camina por las calles sin encontrar a nadie. Acelérate. Más rápido... tanto que te avientes hacia fuera de ti mismo. Ahora extráñate, a ver qué se siente regresar y darte cuenta que la vida no estuvo sentada, esperándote.

De repente, alguien muere

Una noche como cualquiera, una recibe un mail. Una señora muy querida ha fallecido. Las letras duelen, pasando arbitrariamente a través de un espasmo que anuda la fortaleza con los recuerdos.
Yo planchaba junto a ella, con mi juguetito de metal... Unos años después, conversaba con ella sobre la vida. Llegaba a la casa y preguntaba por mí, porque sabía que yo estaría esperándola con alguna historia mía, y deseosa de escuchar lo que ella tuviera qué contarme. Le compraba sus galletitas, o la visitaba y le daba un abrazo fuerte que siempre le robaba sonrisas y le borraba una o dos arrugas de su carita envejecida.
Duele mucho.
Duele saber que no voy a volver a verla.
Duele haberme enterado en un mail, a las tres de la mañana de un sábado cualquiera.
Duele que una mujer con tanto amor haya tenido que morir tan sola.
Me duele el abrazo que no estoy dándole.

Quiero ser un libro

1) Para que quien me lea, me cite de vez en vez y por lo tanto piense en mí
2) Para que nunca me falten las palabras
3) Para acompañar en el silencio
4) Para que me miren a los ojos largamente
5) Para que mis lectores acaricien las páginas de mi historia mientras van siguiendo las líneas de mis frases
6) Para tener un ritmo lógico
7) Para llenar los espacios vacíos
8) Para ir de librero en librero, y de mente en mente
9) Para poder aspirar a una octava edición
10) Porque un libro está hecho para ser leído... si no entendido, al menos disfrutado

No quiero ser un libro

1) Para que nadie pueda terminar de leerme
2) Para que nadie me relea y descubra lo que no leyó desde la primera vez
3) Para no tener que cargar toda la vida con un punto final
4) Para no tener que terminar en un registro de propiedad
5) Para no ser vista de izquierda a derecha
6) Para que sea imposible hojearme (¿ojearme?)
7) Para no tener que definir roles protagónicos y secundarios
8) Para no necesitar seguir el hilo de una historia y siempre poder volver a empezar
9) Para no estar dentro de una mochila, cerrada, asfixiándome, esperando el momento de la próxima curiosidad de mis lectores
10) Para que nadie analice todo lo que digo ni critique todo lo que siento

Elecciones

"NO VOTE BASURA", decía el letrero. Me zarandeó ver que la falta de ortografía era una ácida crítica política involuntaria. No deje basura a su paso, por favor. No elija mal, porque la humanidad entera va a resentirlo de alguna u otra forma. Por favor, no tire propaganda política por las calles y no promueva imágenes de personajes cuya cara todos ubican y cuyas propuestas nadie conoce. No vote basura.

Sueño

Pasé dormida prácticamente la mitad de las clases de mi prepa y quizá un tercio de las de mi carrera. Me dormí cada vez que intenté estudiar derecho financiero. Me caí de sueño cada vez que me partieron el corazón o me culparon de algo que según yo no hice mal. No sé si es que me exijo demasiado y quedo exhausta, o si es que en el sueño descanso al sentirme abrazada gratuitamente por mis párpados cerrados.

De paleontología

Hay un tipo de nostalgia neurálgica que consiste en extrañar lo que nunca ha sucedido.

Fe de raaaaaaaaatas

Ya se me quitó lo buena gente... ahora no dije todas las groserías que se me ocurrieron cuando el taxista se puso agresivo de la nada y empezó a decirme cosas horribles. En este momento soy mucho mejor persona por afuera que por adentro.

El submundo de lo no-dicho

Advertencia: No se asuste con lo primero; siga leyendo.

A veces siento que si la gente supiera todo lo que no digo, muchos de los que no me quieren, empezarían a hacerlo. En mi silencio hay mucho amor calladito, muchas buenas intenciones escondidas, y muchas ilusiones a la expectativa. En medio de un mundo donde hacer algo bien siempre se interpreta como si hubiera una doble intención, es mejor ocultar la bondad.

Además, callarlo siempre proporciona una soberbia satisfacción heroica. Por lo menos, al reconocer mi sabroso orgullo de ser una buena persona que no explica el noble trasfondo de sus acciones (eso sí, reconozco que el deseo inicial es limpio y espontáneo... la soberbia viene después), estoy haciendo lo correcto.

Mis hogares

1. La esquina de mi cuarto en casa de mis padres, desde donde se podía ver el cielo detrás de un gran árbol
2. Los brazos de cierto chico que solía hospedarme en sus abrazos
3. La banquita frente al mar en Bishops Landing
4. La carpeta de mis escritos en mi disco duro externo
5. Mi tina en el departamento
6. La terraza del jardín en casa de mis papás
7. El estacionamiento de mi universidad
8. El salón de baile en el centro cultural de mi universidad
9. Los árboles de Providencia
10. Second Cup en Côtes-des-Neiges
11. Las escaleras en Brébeuf
12. El parque del Retiro
13. Con Tato en el teléfono
14. La camioneta azul de Fer
16. Con mis amigas en el buzz café
17. La sala de videos de la casa de Luis
18. La pista de correr del club
19. El Ristretto con Karen
20. Mi libreta de dibujo para crayones

Tiempo y dinero

Proponía cambiar el dinero por algún medio de intercambio más justo porque no me parecía que la naturaleza pudiera estar de acuerdo con que una misma cosa pudiera comprar una casa, un viaje, droga o una silla de ruedas. Esta semana me di cuenta que el tiempo hace la misma cosa: intercambia momentos que no tendrían por qué ocupar una cantidad equivalente de segundos. No entiendo.

Decisiones

Sentada en aquel café me preguntaba qué hacía ahí, con pantalones negros y un libro de Métodos Cuantitativos para las decisiones en el entorno de negocios. Con un café con leche me cuestionaba por qué no estaba bebiendo agua, simplemente. Me daba cuenta que la gente prefiere Starbucks porque estamos acostumbrados a preferir los condimentos, la crema batida, una mezcla de sabores que hacen que el café ya no sepa a café... que la vida ya no sea sólo vida. La esencia ya no huele... los perfumes huelen a mousse, crema, desodorante, jabón y loción. No estoy segura si es evasión, o es la necesidad de que todo sea más fuerte para que alcance a sentirse en medio del torbellino. Así se siente... como un torbellino.

La ternura

Es notable cómo la ternura invoca a la protección. Es muy difícil enternecerse sin admirar, sin sorprenderse o sin amar. La ternura reconoce un camino transitado y observa entregadamente cómo alguien más lo recorre por primera vez. La ternura identifica la vulnerabilidad y la alaba- la ternura es sabia.
Hay fuerza que enternece, unos minutos después de haber conmovido. Hay severidad que enternece, porque detrás hay un corazoncito frágil que requiere protección. Hay incluso perversidad que enternece, cuando el alma agotada que hay dentro suplica por un espacio dónde descansar.
Alguien que se enternece, se envuelve, sin que nadie se dé cuenta, en aquél sujeto que le ha resultado tierno. He ahí la parte más dulce de la ternura... es abrazarse a sí mismo con los brazos confiables de alguien más.

Despojo

¿Por qué la humanidad quita a la gente lo poco que tiene? Si alguien es inseguro, la sociedad se encargará de echárselo en cara hasta no poder más. Si alguien es pobre, habrá quienes le restregarán su miseria hasta destruirle la esperanza. Si alguien está solo y necesita compañía, al detectar esa necesidad, la gente lo dejará más solo de lo que ya estaba.
¿Por qué si alguien tiene una enorme necesidad de hablar, la gente al descubrirlo hará lo imposible para no tener que escucharlo? ¿Por qué si alguien se enamora hasta perder la cabeza, para el común denominador de la gente, éste habrá perdido su atractivo? ¿Por qué evidenciar las carencias tiene que traer como consecuencia el despojo de lo poco que quedaba?
Si es poco inteligente, se burlarán de él. Si es tímida, la rechazarán. Si es ingenuo, lo menospreciarán. ¿Por qué? No sé si me preocupa más la falta de generosidad o la inconciencia de que todos tenemos alguna carencia y lo que menos vamos a necesitar es que alguien llegue a hacerla más grande.

Callar

Uno calla cuando escucha a los demás... o cuando se escucha a sí mismo. Uno calla cuando la belleza inflama los pensamientos y no pueden traducirse en palabras. Uno calla cuando tiene demasiadas ideas en fila, y se han agotado las entradas. Uno calla para admirar las ideas respirando mientras duermen, y duerme para callar con ellas.

Ser escuchada, ser leída, existir

Me gusta el eco de mi voz... en los oídos de alguien más.

Expansión y contracción

Se expande el universo. El universo es todo lo que existe. Entonces, cuando se expande por un lado, se contrae por el otro... porque no hay más, y para expandirse una cosa, algo más debe contraerse- aunque sea el espacio... ¿no? Si sólo hay universo, entonces éste debe ceder su espacio a sí mismo. A menos que haya universo sin espacio. Pero si no lo hay, entonces expandirse es contraerse, y crecer es decrecer... y llega un momento en que lo macro empieza a volverse micro. ¿No?

Necesidades básicas

No hay sed más desesperante que la que da cuando hace falta un abrazo, ni hambre más intensa que la que da cuando se busca la sabiduría.

Tensión superficial

Cae una gota. Otra más se una a la misma, que engorda. Su superficie presenta tensión porque cada vez está más propensa a romperse y dejar salir el agua para que se mezcle con el resto de las sustancias del rededor.
¿Por eso tenemos la necesidad de expresarnos? ¿Para romper esa tensión superficial y poder mezclarnos con el resto de las sustancias que hay alrededor? ¿Será que necesitamos que todo el oxígeno del agua y del aire conozca al resto de moléculas de su tipo? ¿Será que también todos los humanos somos moléculas similares formando una gran masa que se tensa cuando permanece aislada, pero fluye apenas se une una gota con las demás?

No hay mal que por bien...

Tenía muchas ganas de acusarlo con las autoridades por engañar a la gente para que le diera dinero. Lo regañé: "Otra vez pidiendo dinero... mal, mal." Me vio con cara de complicidad, con una sonrisa. Vi cómo alguien se despedía de él y le deseaba suerte. No vi si le dieron dinero o no. Bien vestido, anciano, con esa cara de víctima... cualquiera le creería.
Dos pasos después, pensé cómo su mentira había desatado- muy probablemente- la generosidad, la satisfacción y los buenos deseos del hombre que recién se despedía de él. ¡Cómo puede ser que una mentira pueda hacerle bien al mundo! ¿Qué pesa más? ¿El balance queda positivo o negativo? A veces no me queda tan clara la definición del "mal".

Estrategia natural

A menudo me sorprende cómo la naturaleza hace de las suyas, fingiendo que nos permite tomar todas las decisiones. Intuyo que es ella la que permite que haya crisis para que, intentando subsidiar a los más pobres, se incrementen impuestos y así se desincentive eventualmente el consumo. Tal vez la naturaleza está cansada de ser sobre explotada y por eso pide a gritos que nos desprendamos del capitalismo y esa obsesión por crecer todo el tiempo. Si el espacio es limitado, hay que empezar a crecer hacia adentro. El universo es infinito tanto hacia lo macro, como hacia lo micro. Sería inteligente de nuestra parte aprovechar lo micro, porque lo macro nos queda muy lejos y muy costoso.

Si fuera economista, pasaría más tiempo pensando en esta idea... si fuera poeta, la explicaría mejor... si fuera política, empezaría a llevar a cabo las gestiones para que mis economistas le dieran vueltas en su cabeza... pero cómo sólo soy una pensadora, escribo sobre este blog, esperando que la naturaleza sienta que hice mi parte.

Necesidad de confundirse

La confusión es una necesidad, porque de ella parten las reflexiones más profundas, las introspecciones, los análisis, y gracias a ella se activa la conciencia. Sin embargo, una confusión centrada en sí misma, lo único que hace es pasar a primer plano y figurar en el índice de nuestra vida. Por el contrario, si la confusión es solamente un amortiguador de la verdad, podemos concentrarnos en asimilar esta última, parte por parte, y llegar a ver una buena parte de ella que, aunque no sea verdad absoluta, está más cerca de esa unidad.

Libertad

Hay diversas maneras de esclavizarse... la más paradójica es la de obsesionarse con ser libre. Quita libertad desear ser completamente libre, porque no permite aceptar los límites impuestos por el exterior, y genera límites internos que nos indican constantemente que no somos completamente libres. Lo malo de todo esto es que, efectivamente, jamás podremos tener entera libertad en esta vida... y la única manera de liberarse de esa tara, es aceptarla.

Descanso en esencia

¡Relaja tanto irse a lo esencial, donde nada importa más de lo que es! Se antoja pasar un tiempo en medio de la nada, donde poco sea todo. Se descansa cuando no existen segundas intenciones, cuando cada palabra tiene solamente un significado, y donde la mente y el cuerpo conversan de las mismas cosas.
Duele fingir, más cuando no se es buena haciéndolo. Cansa pretender. Aburre parecer lo que no se es. Más simple sería que la esencia no pudiera cubrirse, y a cada uno le quedara clara. Dar explicaciones... elaborar argumentos... ser coherente... tener una estrategia... saber lo que se quiere en la vida... no estoy muy segura de que todo eso en realidad sea tan bueno como tiende a valorarse.
¡Cómo se antoja poder descansar en lo esencial, sabiendo que eso es lo único que debería ser!

Un mundo más pensante

1) Tendría mejor conciencia de sí mismo
2) Tomaría mejores decisiones
3) Se preocuparía más por la integridad
4) Se confundiría menos en el largo plazo
5) Sería más ordenado
6) Se complicaría más en el corto plazo
7) Sería más sostenible
8) Tendría organizaciones más humanistas
9) Funcionaría como un mundo de universitarios
10) Tendría mejores libros
11) Sería más democrático
12) Reflexionaría mejor y aprendería más
13) Tendría mejor control
14) ¿Tendría menos frío? (Snif... me congelo... ¡¿cuándo llegará la primavera?!)

Dormir

¿Es tan noble razón para dormir, el deseo de soñar, como el deseo de despertar al día siguiente? ¿Duermo para dormir hoy o para dejar de hacerlo al amanecer?

¿Degeneración?

Me pregunto, desde un punto de vista que busca la objetividad, si las divergencias sexuales de los últimos tiempos tienden a provocar tanta diversidad, que todos terminamos siendo iguales. Hombres heterosexuales, ¿con fantasías homosexuales? Hombres homosexuales, ¿con fantasías heterosexuales? Mujeres heterosexuales, ¿con fantasías con hombres homosexuales? Mujeres heterosexuales, ¿con fantasías hosomexuales? Hombres y mujeres con preferencias distintas y al mismo tiempo las mismas fantasías. ¿De dónde viene todo esto? ¿De la necesidad de encontrar un espacio donde se pueda descansar de la desintegración?

Soy totalmente heterosexual: completamente mujer con atracción por los hombres que son completamente hombres. Pero me gustaría entender si lo que sucede con las diferentes fantasías de las que tanto se habla, son degeneración de la naturaleza original, o una búsqueda inconsciente que hace la humanidad, de una homogeneidad que ayude a unirnos. Tanta divergencia nos acerca a la igualdad. ¿Eso es lo que, sin querer, persigue la especie humana?

Sé que hay confusión, sé que todos buscamos paz, sé que todos queremos protección y cariño... y la mayor parte de nosotros busca amor. Quisiera saber si tantas nuevas preferencias sexuales atienden a una necesidad desesperada de unidad, si son paliativos en un mundo tan enorme que genera tantos cruces equívocos, y que por lo tanto invita a la gente a hallar calidez en el cuerpo más próximo y de mayor confianza, o si ninguna de las anteriores.

- Sorpresa grata -

Me encanta descubrir lectores... de pronto brotan, con algún comentario interesante... y yo ni sabía que me leían. Es maravilloso compartir, me fascina que se identifiquen, que estén de acuerdo o que discutan mis puntos. Es realmente muy agradable (sin mencionar cuán enriquecedor me resulta) que me lea la gente que me lee. A todos ustedes, mi gratitud sincera y un brindis con estas letras. ¡Salud!

No dejar de caminar

Si uno sigue caminando, puede que se encuentre al vecino, al amigo, a otros desconocidos, y que, al invitarlos a acompañarla, deje el libro que pensaba leer dentro de su bolsa, y se dedique a compartir y reír. La espontaneidad aguarda el momento en que se le permita explotar (POP!), y la gente, en silencio, espera que alguien la acompañe o la invite a acompañar.

Disfrute

Me encanta la naturalidad de la gente que está en el mood preciso para lo que está haciendo. Soy fanática de la euforia con que la gente expresa lo que realmente le mueve. Me fascina estar en el momento exacto en que la gente se emociona. Si pudiera compartir al menos con una persona- quien sea- al día, algo que relamente le apasionara, me dedicaría a eso. Bueno, a eso y a conversar.
No me sacio de escuchar lo que sale de lo más profundo del corazón de la gente, ni me canso de compartir la felicidad de mis amigos artistas cuando están frente al micrófono, detrás de la guitarra o sobre un escenario. Me gusta muchísimo intentar seguirles el paso a mis amigos atletas, y aprender salsa con mis amigas novatas. Tal vez tiene que ver con lo que alguna vez me dijo un amigo (citando a no recuerdo quién): La autenticidad consiste en ser lo más parecido a lo que uno anhela llegar a ser.

Caminar más

... y al seguir caminando, a veces una tiene la suerte de que la detenga un chico para decirle que la encuentra bonita, el día preciso en que una se siente no muy bella que digamos.

Caminar

Uno camina. Uno observa. Uno comparte. Uno causa reacciones. Uno reacciona. Uno ve que los patrones saludan a los vagabundos, y ve a los vagabundos cargando sus colchones para dormir en una construcción soberbia. Uno saluda. Uno pasa y reconoce caras conocidas, cuando las probabilidades de que eso suceda son mínimas. Uno se mueve. Uno escucha sus zapatos marcándole el ritmo del pensamiento. Uno ve flores y quiere comprar. Uno sigue, no se detiene. Uno cruza las calles y agradece cuando le dan el paso. Los conductores no están acostumbrados y lo ven raro a uno. Uno regala chocolates a los saxofonistas que tocan bien. Ellos dicen gracias. Uno dice me gustó tu música. Uno sigue caminando. Uno encuentra una cafetería. Uno entra y lee. Uno toma café y muere de antojo por un pastel de chocolate. Uno no lo compra. Uno ve parejas conversando. Uno se conmueve. Todos buscamos amor. Ellos platican, pero no son novios. Hablan de su soledad, de cuando tenían una pareja. Uno se enternece completamente. Uno quiere tener también alguien para conversar así, en ese momento. Uno compra muffins y los regala. No alcanzan a verlo a uno porque sale corriendo. Uno ve al hermano de una persona que conoció y que saluda cada dos semanas. Uno recuerda. Uno sigue caminando. Uno ve que le miran los zapatos; más vale que sean bonitos. Uno escucha los piropos diez metros por detrás. Uno a veces voltea, pero nadie espera que voltee. No hay nadie entonces. Uno se detiene a ver la Luna. Luce divina. Quiere gritarles a los demás para que la vean. Uno se percata que algunos han volteado y no han hecho mayor apreciación. Uno sigue caminando. Uno encuentra al vecino y saluda. El vecino no espera el saludo. Se va. Uno insiste y saluda a otro vecino. El vecino saluda alegremente. Uno pregunta cómo estás. Bien y tú. Bien. Uno sigue. Uno lleva galletas para sus conserjes. Uno es "amoroso". Uno se extraña, si no conoce el término. Uno quiere correr, pero camina. Uno quiere abrazar, pero saluda de mano. Uno muere por vivir, pero se la pasa sobreviviendo. El mundo no está acostumbrado a la intensidad, pero sí a los zapatos bonitos.

Pago injustificado

¿Por qué hay que pagar para tener derecho a comer? Sería como pagar por tener derecho a vivir. ¿Por qué se paga por estudiar? Sería como pagar por madurar. ¿Por qué se estudia para poder tener un buen trabajo y ganar dinero para pagar los estudios de los hijos? Uno paga para poder seguir pagando. ¿Por qué se paga por entrar a un museo? Pero no paga por una conversación inteligente en un parquecito. ¿Por qué los artistas necesitan dinero para exponer sus obras, y entonces tienen que cobrar? Qué trámite más engorroso... ¿A quién le corresponde tomarse el tiempo de pensar lo ilógico que es esto para empezar a proponer ideas más coherentes?

Plusvalía

Una idea en mi cabeza vale menos que una idea en mi blog, porque probablemente un planteamiento mío pueda desatar nuevas ocurrencias en las mentes brillantes de mis lectores. Compartir enriquece no sólo a los directamente involucrados. Todo lo que uno obtiene de pasar tiempo con más gente, termina influyendo en terceros implicados y cuartos, y quintos.

Me encanta pensar que alguna gran idea en el futuro podría haber nacido a partir de alguna reflexión mía, o que alguna etapa feliz de una persona, podría de alguna manera haber estado condicionada a alguna acción mía. En cierto modo me hace sentir importante (¡oh!) y me da motivos para contagiarme con lo que otros tienen para compartir conmigo.

Belleza

A veces la belleza es tanta, que los sentidos quedan colmados y el cuerpo necesita un poquito de tristeza para compensar- sólo un poco... como un suspiro profundo y nada más (como un abrazo suave de nostalgia, por ejemplo). Si hay algo de lo que el ser humano no se canse, es de la belleza (irónicamente, se inclina más por la practicidad, que es mucho menos fascinante). Puede que se acostumbre, pero jamás se fastidia (desmiéntame, lector, si está en desacuerdo).

Si contara las cosas bellas que recibo cada día, terminaría asegurando que soy la mujer más feliz del mundo porque generalmente espero menos belleza de la que encuentro en el ambiente (no exagero). Lo diría sin considerar que el resto del mundo está expuesto a la misma dosis de belleza (¡qué subjetiva estoy hoy!).

Una de las cosas más hermosas de la belleza, es su capacidad de sorprender... (imaginar la frase con reverberación)

Relajo

Sin saber por qué, de pronto tuve muchas ganas de llorar. Lo pensé y llegué a una conclusión, que luego rebatí en mi cabeza. Pensé en otra alternativa. Quería entender, hasta cierto punto. Hasta cierto otro, lo único que quería, era descansar. Quizá por eso tenía ganas de llorar... por cansancio.
Preguntarme tantas cosas a veces me hace sentir responsable de ofrecer al menos un par de alternativas de respuesta. Sin embargo, soy una simple mortal, que tiene curiosidad y disfruta descubriendo las posibilidades. Pero, claro, gran parte de las veces, no tengo una respuesta.
Claramente lo que quiero en este momento no es tanto entender, sino que las preguntas pierdan importancia. Paso demasiado tiempo desmenuzando. Tengo demasiadas ganas de que llegue el momento de volver a construir. No me da miedo estancarme; es algo que ni siquiera creo que pueda sucederme por la programación inquieta en mis genes. No estoy preocupada... sólo me siento sola.

Evasión

Me pregunto si la infidelidad es un recurso para la gente que por timidez o inseguridad no puede enfrentar el término de una relación o el inicio de otra. Me pregunto también si tiene algo qué ver con la incapacidad para decidir algo terminante, en un mundo donde la ambigüedad es cada vez mejor aceptada.
Me pregunto si cada vez se contestan menos cartas y llamadas como resultado de mayores facilidades para aislarse (la web, el identificador de llamadas, etc.). Me pregunto también si tiene algo qué ver con el miedo de tomar decisiones que puedan tener consecuencias más grandes de lo que uno mismo se siente capaz de controlar.
Me pregunto si la gente que siempre está en alguna relación está consciente de por qué no se da tiempo para estar sola. Me pregunto si tiene algo qué ver con la creciente complejidad anidada en cada mente, que sale a relucir cuando uno se queda reflexionando solo.
Me pregunto cuánta gente hace lo que no quiere, está con quien no desea y tiene una vida que no anhela. Me pregunto si la indecisión tiene qué ver con falta de información o sólo con evasión.
Me pregunto si la falta de participación ciudadana puede diagnosticarse como renuncia o como renuencia. Me pregunto si la negligencia tiene algo qué ver con la desesperanza o con la disolución de la responsabilidad.
Me pregunto qué sería del mundo si la gente se sentara a escuchar hasta el último punto de lo que las personas a su alrededor quieren expresar. Me pregunto si al enriquecerse las conversaciones, seguirían existiendo los blogs.

Mundo repartido

Mientras más humanos habitamos el mundo, la parte que corresponde a cada uno, es menor. El ritmo está tan acelerado, que cada vez menos gente se atreve a decir "alto, estoy confundido... denme tiempo para decidir", y entonces vota por quién intuya que es mejor. Tampoco en las relaciones se dice "espera, quiero que sepas más sobre mí antes de involucrarnos". Ni en el trabajo se pide tiempo para hallar la manera de hacer las cosas que sea más amigable para el ambiente.
Es tanta la prisa, que no queda tiempo para reflexionar, para planificar, para evaluarse uno mismo, ni para definir lo que se quiere y entonces ir tras ello. Hay un desfile de posibilidades frente a nosotros, todos los días. Por eso, la gente ya no sale a buscar lo que quiere; sólo elige alguna de entre las opciones que le pasan por enfrente. Esto llega a confundir a la gente que no sabe por qué está en el trabajo que está, o con la persona con quien está, o en la ciudad donde vive. En el mundo hay cada vez más preguntas, y menos tiempo para pensar antes de responder.

Paz

¿Hay más paz en la lucha o en la conformidad? ¿Por qué a veces hacer lo correcto quita la paz? ¿Es que no es lo correcto, o es que uno se siente pequeño para enfrentarse a un viento fuerte en contra? ¿Por qué la paz es tan imponente? ¿Por qué para unirse a la humanidad en paz, uno tiene que estar solo?
¿Por qué la paz no es tranquilidad? ¿Por qué a veces el cansancio da más paz que el esparcimiento? ¿La paz se siente en la conciencia, en el cerebro, o en las emociones? ¿La paz es el motor o el resultado? ¿Por qué el tema de la paz causa tanto alboroto (¿no es paradójico?)?

Extrañar

Es haber asimilado la belleza del pasado, y querer volver a deslumbrarse con su oscuridad profunda, íntima y silenciosa. Extrañar es enajenarse del presente, volverse extraño de lo que ya no es como era antes.
Extraño, pues, que me abracen para protegerme y no para poseerme. Extraño las caricias que escriben sobre la piel, en lugar de borrar su poesía. Extraño la belleza de una mirada inocente, de una broma sencilla, de una idea espontánea y de un baile desconfigurado. Extraño tener una casa construida sobre el pecho de un varón, para hospedar las risas, el silencio, los teamos y las lágrimas.
Extraño... sí, muy extraño... tanto, que no me cabe duda que me hace falta. Extraño parecer bella, resultar interesante y sonar dulce. Extraño provocar ternura y desatar euforia. Extraño mis letras en unos ojos de mirada penetrante y mis manos en unas manos cálidas.
¿Qué hay de malo con extrañar lo bello y desear profundamente lo conmovedor? ¿Qué si extraño más de lo que conozco? ¿Qué pasa si no me conformo con algo menos que el amor?

Gratitud

¿En cuánto disminuirían el crimen y la violencia si se duplicara la gratitud de la gente? La gratitud fortalece la voluntad, aumenta la tolerancia y favorece la generosidad. ¿Qué pasaría con la juventud si se la sensibilizara para ser más agradecida en lugar de sólo educarla en la inconformidad? ¿Serían más auténticas las revoluciones ideológicas, políticas y sociales en una sociedad más agradecida? ¿Cuándo se reducirían el escándalo y el barullo si las quejas fueran marginales, producto de una mayor gratitud? Sería como enfocarse en incrementar el capital y reducir los pasivos al mínimo... una manera bastante segura de reaccionar frente a la crisis.

El miedo al amor

Amo el arte, amo las letras, amo los número... tanto... que me da miedo inscribirme en un curso que me haga dejar de amarlos. Amo las posibilidades... tanto, que me preocupa que las metodologías en lugar de propiciarlas, las ahorquen. Amo la filosofía... tanto, que me molesta que haya que filosofar con palabras... y eso que amo las palabras.
Amo la vida... tanto... que me da miedo que algún día, cuando me toque morir, me dé miedo hacerlo.

Cita textual

"Es complicado comunicarse con palabras, ¿no?
Son como muebles.
En un living uno puede estar parado, sentado en el sofá o en la alfombra,
pero no hay muebles para estar hincado, o colgado de cabeza."

Me cito... ¡qué soberbia!

La tijera

La tijera, el pelambre, la viboriza, el chisme... hacer de un evento natural, todo un acontecimiento. El escándalo. La inconciencia sobre lo frágil que es la tendencia humana a la perfección. La necesidad de hablar de alguien más. La timidez. El miedo a los instintos. La competencia. La indiferencia a la humanidad como una entidad indivisible. La premura por elaborar una tesis. La contradicción entre la envidia y la desaprobación. Todo eso es catalizador, supongo, de los chismes y las críticas destructivas.
Disfruto inmensamente conocer gente que me permite equivocarme, regarla, intentar, no intentar, pensar poco o mucho, ser formal y perder la compostura, ser tierna y ser sexy, brindar con agua y con changüarnís. Hoy brindo con aire por todas las personas que disfrutan las posibilidades... por quienes al acercarse a un barranco no se escandalizan por el impulso suicida de lanzarse al vacío, por las que no condicionan la felicidad a la perfección ni la sabiduría a la vejez, por las que no tienen miedo de tener miedo de vez en cuando, y por las que son capaces de abrazar los errores ajenos y sanar sus heridas con amor. Brindo por quienes tienen tantas buenas ideas, que no tienen tiempo de pensar mal de los demás. Brindo también por la gente que critica severamente, y después se siente mal por ello. ¡Salud!

Liberación a través de la perseverancia

Ser perseverante es liberarse de la flojera, de la impotencia, de la apatía y adquirir control sobre el establecimiento de los propios límites. La perseverancia y la tenacidad son catalizadores en el desarrollo del potencial humano, y constituyen no sólo virtudes sino hábitos en el tratamiento de la vida propia. Una persona acostumbrada a esforzarse constantemente es más libre que una que evade los obstáculos de una vida llena de requisitos y procedimientos, porque no se ve limitada para caminar en línea recta.
Latinoamérica se destaca por la creatividad para hallar rutas alternativas (por no decir "mañas"), pero me pregunto qué sería de su gente si en lugar de evadir los esfuerzos que implican la escuela, las leyes, los impuestos y demás, se asimilaran los obstáculos y se aceptaran hasta el punto de elegirse voluntariamente como se elige voluntariamente a la familia, que es imposición natural pero a la que uno aprende a amar y elegir a posteriori. ¿No sería más libre así la gente latinoamericana?

¿Me robaron o qué?

No sé si era mío, o sólo lo había comprado. Me habría más gustado donarlo que perderlo así. Eso me deja pensando... si sobreviví aunque me robaron, a lo mejor debería haber tenido la iniciativa de compartirlo antes de que alguien me lo quitara a la mala. Pero igual, lo compré porque me hacía falta. Era comida. Pero la comida también hace falta en el mundo. ¿Qué tanta diferencia haría si cada vez donara ese porcentaje de comida que me robaron hoy, sobre el total de la cuenta del super? ¿Dejarían de robarme? ¿El universo dejaría de sentir que tengo más de lo que debería, y dejaría de conseguir equilibrios despojándome a mí?
Ojalá no lo hubiera perdido por robo, sino por caridad. Ojalá que nadie tuviera el descaro de robar, y que yo no tuviera la insensatez de pensar que sólo porque yo lo pagué, yo merecía tenerlo. Sé que es cosa de respeto, y no justifico en lo más mínimo al ladrón, pero era comida. ¡Finalmente, debería hacerme feliz darle de comer a alguien, sin siquiera tener que cocinar!

Multiplicador

Uno debe sumar tantos amores en la vida como le sea posible (amor a la familia, amor a los amigos, amor al arte, amor al trabajo, amor al estudio, amor al deporte, amor a la naturaleza, amor al amor) para que cuando encuentre al amor de su vida, y éste funja como multiplicador de la suma de todos los demás amores, el resultado sea mucho mayor.

Quisiera saber...

... si todo mundo alguna vez siente una explosión de amor por la humanidad.
... si todo mundo alguna vez llora porque sabe que hay demasiado desamor en el mundo.
... si todo mundo necesita abrazar y ser abrazado de manera sincera... tanto como yo.
... si Dios nos ve con ternura cuando inventamos tantas reglas en las religiones, como queriendo ser buenos.
... si mi abuela puede seguir sientiendo que la quiero, o si ella ya no está dividida del resto de los espíritus... y entonces mi amor se diluye (¿o se multiplica?) por la multitud.
... si estoy haciendo las cosas bien.
... cómo discernir entre lo bueno y lo mejor.
... quién es la persona que más me necesita en este mundo.
... quién es la persona que más me quiere.
... a quién no he amado lo suficiente.
... si esta noche soñaré bonito, para ya irme a dormir.
Me iré a dormir, y espero soñar bonito y poder mañana volver a repartirme al mundo... con la ilusión de ser positiva para la humanidad.

Facetas

La fotógrafa, la dibujante, la pianista, la lectora, la escritora, la visitante, la actriz, la tenista, la taekwondoin, la del mejor promedio en la prepa, la del mejor promedio en la secundaria, la del mejor promedio en la carrera, la de las ojeras, la alegre, la cansada, la confundida, la del estacionamiento, la de la palapa, la del arbolito de la plaza de la Madre Trinidad, la del banco, la del fondo, la contralora, la directora regional, la asesora en crédito, la consultora, la profesora de francés, la organizadora de eventos, la de los gansitos, la de las tortas de crispín, la de las bombas, la de super salads, la del sushi, la del mural, la del buzz café, la de la plaza, la de las fiestas masivas, la de los desayunos, la del starbucks, la del auto de colección, la de la mochila "fea", la extranjera, la de las triates, la de las güeritas que tocan el piano, la cantante, la compositora, la de baile, la de la maestría, la de las mil becas, la viajera, la canadiense, la chilenita, la madrileña, la mexicana, la calladita, la sonriente, la sociable, la parrandera, la menor, la de los zapatos viejos, la de las botas lindas, la de los rizos, la del cabello lacio, la de las fiestas de día de muertos, la de misa, la del teatro, la de la mesita del fondo, la del sombrero, la de las frases, la del cine, la de los mails, la cursi, la fría, la cariñosa, la amorosa, la tierna, la cortante, la deportista, la sedentaria, la saludable, la desvelada, la que ahora trabaja, estudia y se pregunta todos los días.

Solitude

Me fascina la palabra, en francés. En español no me gusta, y en inglés, menos. En italiano me es indiferente y en alemán nunca la aprendí.
Me he dejado sola. Ya no me leo ni me escribo tan seguido como antes. No me llevo a correr, apenas hago unos minutos de ejercicio encerrada en un gimnasio. No me pinto con crayones largas horas, varias veces por semana. No me abrazo con los brazos de mis amigos ni me acompaño a comer con mi familia. No me incito a hacerles de desayunar a mis seres queridos. No me entreno en teatro, ni me llevo al cine tan seguido. No me invito a conciertos en el forum cultural. Mucho menos me tomo una michelada con los Padrinos.
Me he dejado sola, profundamente sola. No me doy a conocer, porque ni tiempo tengo de que nadie me conozca. Mucho menos me entrego a nada que no sea esta batalla por sobrevivir al terremoto, al tornado, al huracán y a los fuegos artificiales. Estoy acumulando el amor, las ganas, las emociones, la inteligencia, los recuerdos, los sueños, las ilusiones, la desesperación, la frustración, el gusto, el hambre, el sueño, el frío... y todo lo he guardado dentro de mí. Estoy dictando mi propia historia, siendo que me fascinaría estar escribiéndola, más bien.
Me siento realmente sola, sola en español.

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Se siente bien no tener que escribir bien... por eso tanto blog y tan pocos cuentos. En cuanto comprenda que no tengo que ser buena, comenzaré a escribir los cuentos interesantes que están esperándome sentados en el último escalón de abajo. Ya voy, ya bajo... nomás me peino, aguanten.

Duda

No estoy enamorada. De ahí que me pregunte tantas cosas acerca del amor. ¿Es cierto que el enamorado tiene la desventaja práctica, pero la ventaja existencial? El amor no duele... lo que duele es cargarlo y no tener en dónde apoyar el peso.

Distracción

No me imagino sin un cuerpo que me distraiga de la profundidad del ser.

La meditación requiere la nulificación del cuerpo hasta un punto en que la persona pueda concentrarse en una serie de procesos internos que le permitan alcanzar un nivel de conciencia más elevado. Es como neutralizar el cuerpo para alinearlo con el alma.

No me imagino sin cuerpo. No sé cuánto podría cansarme de tanta conciencia de que existo. Saberlo todo, conocerlo todo, no necesitar entender nada porque todo está descubierto... no me lo imagino. Debe ser terrible y maravilloso, imponente y liberador. Debe ser como abrazar a un ser amado, con los ojos cerrados.

Teoría de conjuntos

En la vida no hay amor. En el amor, en cambio, puede haber vida. Nos equivocamos buscando el amor dentro de la vida, siendo que más bien puede haber una intersección entre ambos conjuntos, o la vida estar dentro del amor. Negarse al amor es omitir el conjunto, alejarse de la intersección, aislarse. Me niego a pensar que fuera de la vida no hay amor.

Feriado

Se celebra alguna victoria de alguna guerra, y la gente no trabaja. Mañana será viernes, y mucha gente tampoco trabajará.
Hoy la gente despiertó a sus vecinos con gritos apasionados y todo parecía indicar que también satisfechos. Ahora, baila, y dice "uhuuu" en un tono agudísimo, como celebrando la música que hace retumbar el techo del departamento de abajo. Hoy hay mucha gente en pijama, tomando cerveza en su casa. Mañana habrá un ejército de botellas en el piso del pasillo.
Hoy se escuchan las voces de quienes ven un mismo programa o juegan algún juego en donde cada evento contagia a todos los participantes, y el grito dice la misma cosa en vasta tesitura. No abren los supermercados, ni las tiendas, ni las farmacias... sólo los restaurantes. Es feriado y parece que la gran ciudad ha decidido no sólo no trabajar, sino realmente disfrutar el día.

Noche incómoda

Quería bailar, bailé. Quería que fuéramos 6; fuimos sólo 3: una pareja y yo. Quería pasarla bien y sí, me divertí después de todo. Quería estar a gusto, y lo estuve una parte de la noche.
Los asistentes no bailaban compartiendo... estaban pegados, pero sin expresarse absolutamente nada... es que en mi generación el baile no se entiende más que como preámbulo sexual. Tampoco se aprecian las miradas cuando lo que se persigue es un beso pronto. Ni se disfrutan las llamadas cuando se quiere a fuerzas una cita. Mi generación no sabe gozar los trayectos largos ni le gusta saborear los momentos poco a poco, despacito.
Mi generación se encela, grita, se pelea, hace el amor y la guerra de manera intermitente... mi generación no es prudente ni sencilla, mi generación no espera, no anhela, no persigue, no conserva, no construye, no desea, no persevera, mucho menos alcanza... sólo recibe lo que está cerca, lo que va pasando, lo que se consigue fácilmente y a bajo costo. Mi generación está confundida: cree que el amor no dura, cree que el compromiso no existe, y que la fidelidad es utopía. Mi generación se aburre porque no se da el tiempo de descubrir los pasajes secretos que habitan entre pares de ojos y decenas de dedos. Mi generación no conversa bajo la luz de la luna, por horas y horas, ni guarda silencios largos mientras siente la brisa en la cara. Mi generación tiene prisa...
...y yo, en medio de la pista de baile, me quedo sola. No quiero que nadie me pida besos, no quiero que nadie me abrace la cintura, no quiero que me inviten a bares... quiero que alguien llegue a acompañarme y sienta un enorme deseo de protegerme... Pero mi generación no tiene tiempo, ni ganas... ni siquiera una pizca de curiosidad.

¿El alma piensa?

El alma, eterna. El cuerpo, temporal. El alma, transformada por el cuerpo. El cuerpo, transformador, mortal. El alma, es. El cuerpo, ¿hace? El cuerpo, ¿piensa? El alma, ¿piensa? Si muero, ¿pienso? No hay tiempo, ¿no puedo pensar? Si muero, ¿sólo soy? Entonces, ¿creo? Si no, ¿sólo estoy consciente? Si muero, ¿percibo o más bien sé? Entonces, ¿pensar es temporal? ¿Qué queda? Pensar transforma al alma, pero si muero, dejo de transformarme. Entonces, ¿el sentido de pensar es llegar a ser? Tal vez por eso es tan importante ser (Soy el que Soy), y creer sólo es de este mundo- denotando esa cosa que no sé bien qué es, pero que es ahora donde estoy. Entonces, ¿las ideas son de esta vida... y lo que queda es el ser? ¿Da igual pensar una cosa o pensar otra? ¿Hay que enfocarnos en ser? La vida es limitada, vayamos al punto... ¿de qué se trata? La poesía será un paliativo para esta desesperación de no saber qué se está siendo después de tanto filosofar.

¿Qué tengo? - Preguntó Fernando.

Tengo una rosa en mi sala; estrené mi florero.
Tengo queso en mi refrigerador y unas gotas del pisco que trajeron mis amigas; tengo amigas.
Tengo plátanos y licuadora; desayunaré licuado bien espumoso, como me gusta.
Tengo stereo y tengo un CD- uno sólo, que me dio un amigo: tengo un amigo, tengo varios, y muy buenos.
Tengo mi mail con varios mensajes pendientes de responder: tengo gente que quiero y que me quiere.
Tengo lectores: tengo letras y, si no es que les gustan, por lo menos les atraen.
Tengo un trabajo que demanda mi mayor creatividad: tengo creatividad.
Tengo las ganas: las ganas de vivir, de amar, de aprender, de ser feliz.
Tengo una vista espectacular: tengo un mundo qué observar y que difícilmente conoceré todo- no puedo dejar de sorprenderme.
Tengo sed y tengo agua: puedo dejar de tener sed.
Tengo mi vida y mi vida está enamorada de mí casi tanto como yo de ella: mi vida me trata bien.
Tengo un árbol favorito y un número predilecto; y tengo un número de teléfono que lo incluye.
Tengo absolutamente todo lo que tengo, y nada es mío. ¿Qué más quiero?

La gentileza de los árboles

No les basta con bañar el aire con su esencia; también cubren el pavimento a nuestros pasos, con las venas de sus hojas. ¡Quién fuera árbol para entregarse así a la belleza!

La ocupación

Dicen que es la "ociosidad" la madre de todos los vicios. Hay uno, quizá bastardo, que parece hijo de la ocupación. La falta de tiempo que sirve de excusa para no pensar en el deterioro del ambiente, en las necesidades humanas, en las carencias políticas, en la falta de lógica económica, y en la pobreza de espíritu. Es que si uno no trabaja, no es productivo... pero si uno trabaja demasiado, entonces tampoco lo es. Porque termina faltándole tiempo para reflexionar lo que está haciendo de su vida. Es más cómodo vivir así, sin duda, que batallar para decidir todo lo que uno quiere de su historia. Pero es mediocre, es pobre, es triste, y es muy aburrido. Así como un lector abandona un texto aburrido, la vida también abandona a un vivo aburrido.

Pre-arrepentimiento

Como no planeo que mi alma vague en pena, más me vale dejar hecho todo lo que se me va ocurriendo. No quiero morir y luego tener que regresar: si me voy al más allá, que sea para no volver. Por eso digo tantas veces "te quiero" a la gente que ya sabe que la quiero. Por eso trabajo con tantas ganas, no sea que quede un agujero sin rellenar. Por eso a cada rato pienso que más vale exponerse un poco, que protegerse y permitir que las cosas dejen de suceder. La vida es tan corta, que más vale aprovecharla mientras dure. No importa qué tan larga vaya a ser mi vida, igual me resultará breve para todo lo que contendrá... es una novela que no puedo dejar de leer, porque ni siquiera me resigno a terminar de escribirla.
Quisiera ser como la poesía: tan interesante comprenderla como deseable amarla.
Quisiera ser como el tema de cinema paradiso: que devuelve la paz justo antes de ir a dormir.
Quisiera que, como a mis textos, la gente me leyera.
Quisiera que alguien me quisiera como la vez que mejor quise yo a alguien.
Quisiera que, al cruzarme con una persona valiosa, me retuviera, y dejara a la historia crearse... para que nuestros nombres resonaran juntos como los de Picasso y Dalí, Da Vinci y Miguel Ángel, Starsky y Hutch.
Quisiera que mi intensidad no fuera dramática, y que mi drama no fuera triste.
Quisiera jamás perder mi alegría y mi vitalidad.
Quisiera ser tan intensa por afuera como lo soy por adentro.
Quisiera ser bella, tanto que pudiera ser virtuosa, tanto que pudiera ser buena.

Tipo de cambio

Pagar siempre con dinero, es como medir siempre en metros, como no pesar ni ver en tercera dimensión.

Estoy de acuerdo en que se necesita estandarizar el medio de cambio, pero valuar todo en dinero me resulta ilógico. Es como cantar siempre en un mismo tono, o demostrar los diferentes afectos con un mismo tipo de abrazo.

Hay diferentes divisas, pero se puede cambiar una por otra; eso no me parece bien. No me hace sentido que lo que compra pan, también pueda pagar un funeral, cambiarse por una noche de parranda o financiar un molino de granos para el campo.

Posibilidades de un personaje

No se trata de ser, sino de hacer. Se es lo que se es, y punto. Lo que se hace es lo que cambia con el contexto... y es lo que permite que quienes nos conocen de un lugar o de otro, se formen una opinión.

En todos lados, tengo el cabello rizado (aunque no esté de moda). Pero no en todos lados me siento a leer con una taza cerca de mí. Soy feliz, pero no en todos lados camino sonriendo. Soy apasionada, pero no voy por la vida regalando besos franceses ni asesinando a los capitalistas. Soy reflexiva, pero no siempre comento todo lo que estoy pensando.

Se es lo que se es, pero lo que una hace es lo que el mundo entenderá que una es.

Completud

Más vale llorar a cántaros cuando hay malas noticias qué procesar. Más vale decir cuánto se extraña un mensajito al celular, y esos desayunos de domingo con pláticas extensísimas. Más vale recordar con melancolía que no tener nada qué traer a la memoria. Más vale que las cosas sean completamente.

Cuando todo se torna tan difícil... cuando hay mucho qué sentir y tan poco por explicar... más vale ser completamente. Cuando duele tanto no poder estar cerca cuando los seres amados sufren, más vale ser completamente miserable, que fingir que se está bien. Más vale que me desbarate ahora... que me derrita por los ojos.

Es tanta la tristeza, que rebota la alegría... que el optimismo me invade, suplicándome que le permita hacer algo por mí. Es tanto el amor, que no puedo estar triste. Es tanta la necesidad de que todos estemos bien, que escribiré todos los días... y en mis letras pondré la sangre, pondré el sudor y pondré las lágrimas... porque sólo los líquidos pueden hacer que las cosas fluyan sin perderse en el espacio.

Estoy viviendo completamente... y de vez en cuando también me siento completamente exhausta... y agonizo completamente... porque la completud es la virtud del coraje, de la decisión, de la voluntad, de la resignación, y de la intensidad. Todo eso siento ahora.

Renuncia

Cada vez que alguien ha decidido dejar de escribirme, de leerme, de llamarme por teléfono, de considerarme el amor de su vida, y de permitirme hacer eso yo, ese alguien ha renunciado a mi vida. Ha decidido que no aparecerá en la página 36 de la biografía que alguna vez un joven de 22 años- si es que algún día yo tuviera tal suerte- escribirá sobre mí. Ha confesado que no desea figurar en la obra de teatro que se hará sobre mi vida. Ha considerado que es mejor pasar a la historia como un pasaje de mi pasado, y no como un coprotagonista.

Esa persona ha renunciado a todo lo que tengo qué ofrecer, a compartir mi potencial, a atestiguar mi pasión y entrega, a secar mis lágrimas cuando esté lloviendo, y a ver lo graciosas que se verán mis canas cuando empiecen a salir. Todas esas personas que han renunciado a mí, renuncian cada día que deciden no volver... no es que hayan dejado de decidir; es que me recuerdan de vez en cuando, y deciden seguir caminando hacia otro lado, tal vez en línea paralela sin posibilidad de cruzarnos nuevamente.

Si llego a ser célebre por alguna razón, se pondrá de manifiesto la lista de personas que me dejaron ir, la cantidad de gente que creía que jamás tendría éxito, y los amigos que me acompañaron en cada uno de los millones de empeños con que he decidido condimentar mi vida. Si llego a ser famosa, se sabrá que he tenido grandes amores, y que todos me dejaron ir... y cuando tenga alguno que no me suelte, también eso será escrito. Tal vez algún día me llamen como a Evita "Perón": Lis "____". Así se sabrá quién no renunció a mí, a mis manos, a mis letras, a mis miedos, a mi necesidad de ser amada, a mi incansable gusto por los números y las palabras, a mi inmensa alegría de estar viva, y a mis terribles ganas de no soltar al mundo ni un minuto.

Espero yo jamás renunciar a nadie. Ojalá siga dándole oportunidades a la vida, y si acaso vuelvo a encontrar un chico de sonrisa perfecta y voluntad inequívoca en un autobús, espero de corazón no volver a dejarlo ir así sin más.

Decisiones

No siempre se trata de decisiones; o sí, porque uno puede decidir no decidir nada... y entonces ya está decidiendo. Una deja ir, o sostiene... y aguanta, y apechuga. Una permite, o limita, o quita las manos y dice: buenas noches, ya me voy. Una dice "no, con una tengo", o toma otra, y otra, y las que decida tomar o no decida dejar de ingerir. Una piensa que ha decidido, y entonces se da cuenta que lo único que hizo fue dejar que Dios siguiera sus planes. Una ha decidido que Dios decida... y por libre albedrío.

Pareciera que no todo es decisión, porque el día comienza cuando una está dormida, y apenas a las 10 de la mañana, se abren los ojos para darse cuenta que las ocho ya pasaron. Una extraña, una necesita, y decide que está bien... y lo está, y entonces decide que seguirá estándolo. Decide extrañar, y decide al mismo tiempo no sufrir por ello.

Una siente celos, profundos, porque alguien más está siendo amado... y una no ama ni es amada. Una decide querer, y amar... y alguien más decide cuánto cabe en el recipiente, y la cantidad de fresas que le caben en el congelador.

Una tiene terraza, y sale para ver la ciudad. Una se enamora con la noche, y la noche está enamorada de la madrugada. El triángulo se rompe para que se haga de día y el trabajo haga que una olvide lo que ha estado pensando sobre el amor y todo eso. Una es moderna, y ama como amantes de ésos a la antigua. Porque una decide que será fiel, incluso a la soledad. Porque una es romántica, y entrega todo lo que tiene qué ofrecer... y lo entrega bien, con decisión... porque una decide que es lo mejor, lo que se siente que está bien.

Una ha decidido que la intuición es la que manda... y espera que alguien más la acompañe con esa intuición. Pero mi país no escucha, está cansado. Fuera de él, las cosas parecen más simples...

Una tiene las manos secas y las piernas temblando de cansancio. Una está sola, come rodeada de personas y no entiende nada, y no tiene nada qué decir. Una podría ser un premio Nobel, y nadie lo sabría. Una podría cantar con inagotable pasión, o bailar en medio de las olas y romperlas contra las rocas. Una podría escribir un cuento en la arena, e inflamarle el corazón a toda Hungría. Pero nadie sabe, porque nadie ha decidido que habrá de darse cuenta.

Una tiene ganas de trabajar bien, de hacer lo mejor que puede, de ser honesta y decente, de ser buena y ser amable, de ser dulce y ser paciente. Una escucha en la radio a su abuelo, y llora. Una no tiene sangre de sobra, sólo le queda la que va a derramar cuando sea necesario entregarse por completo.

Una tiene letras, y besos, y memorias, y silencios. Una tiene música y poesía. Una tiene sentidos y sentimientos. Una es extranjera, y es todo lo que es. Porque uno decide qué quiere que los demás parezcan.

Tiempo

Hasta el tiempo me toma tiempo... y entenderlo me toma toda la vida; por eso nunca estoy entendiendo nada, sólo estoy a punto de hacerlo. Sólo en retrospectiva es que cae el 20, y si tenemos suerte y no hay inflación, eso ya es ganancia.
Hacia atrás, uno comprende a sus amigos, los amantes, los padres, los exámenes y las leyes... casi siempre. El presente está siempre incomprendido, como alguien que ríe solo, y nadie sabe por qué. El presente no tiene idea, y por eso puede ser presente. Si se enterara de algo, se volvería pasado, pesado, pisado, y se posaría sobre las calles que derraman gente.
Conocer gente toma tiempo, esperar demora demasiado, hacer amigos es una hermosa casualidad, y enamorarse... enamorarse toma tiempo o demasiado buena suerte. Trabajar toma todo el día; descansar, toda la noche. Soñar, toma un sueño. Vivir, toma la vida entera. ¿Estoy viviendo? Todavía no sé... cuando muera, y lo vea en retrospectiva, me enteraré de lo que podría haber sido.

Desintegración

Al Estado le conciernen los individuos, a éstos, la sociedad... a ésta, las familias, y a ellas, el estado. Pero el sistema económico no favorece a todos, el fiscal vuelca a unos contra otros y el social disipa toda posibilidad de integración.
¿Qué es más importante: un segundo viendo un atardecer, o una hora extra de trabajo en un banco? ¿Qué tiene consecuencias más trascendentes: un abrazo de dos minutos o cuarenta minutos de hacer fila para sacar placas? Me frustra un poco darme cuenta de los desperdicios antinaturales que solemos hacer... perdernos la noche por estar trabajando, o el amanecer por dormir después de una desvelada intensa. Uno se encierra en una habitación de 20 metros cuadrados para descubrir al final del día, que hizo demasiado y sintió demasiado poco.
¿La sensibilidad no es producto de la integración de los elementos que componen nuestra vida? ¿No somos sensibles en la medida que nos dejemos involucrar natural y orgánicamente- palabrita que siempre me recuerda al orégano-?
Alguien que no está haciendo nada productivo, se convierte en un mediocre y un perdedor, según los criterios de este pequeño mundo. Para mí, alguien que no siente, ni siquiera está viviendo, por más que trabaje productivamente.
Por eso, en mi habitación de unos cuantos metros cuadrados, yo siento, poco a poco, que estoy comenzando a sentir.

¿Qué se siente?

Justo cuando más se está sintiendo, es cuando se deja de sentir. Cuando hay tanto en juego, uno deja de jugar y comienza a tomarse todo en serio. En serio me iré, en serio se queda un noventa por ciento de lo que más quiero. El otro diez lo guardo de reserva, por si hiciera falta querer algo más... no a alguien, porque ya quiero hasta a quien no tengo.

Faltan un par de horas solamente, no falta mucho, y me queda muy poco. No sé ni siquiera si siento algo más que el cansancio y el estrés, y el miedo, y un profundo deseo de paz y suspiros serenos. Sé que siento demasiado porque no estoy sintiendo nada claro, nada que me haga reír o llorar, o quedarme neutral.

La conciencia de lo público y lo social

A ratos siento que la gente en esta ciudad se vuelve consciente, después de un largo día y un tránsito pesado, de que práticamente todos deseamos la misma cosa: llegar pronto y bien a nuestro destino. Me da un sentimiento de emoción muy particular notar cuando una persona está realizando en su cabeza la complejidad de la idea de sociedad, pueblo y humanidad. Ver a alguien levantando basura que no ha tirado, no arrojando la que podría tirar, ahorrando agua que podría gastar, omitiendo daños que podría ocasionar, distribuyendo dinero que podría despilfarrar y cediendo el paso a otro conductor o peatón, me ocasiona un júbilo muy interno y profundo. Me hace creer que la humanidad está entendiendo que todos necesitamos estar bien para que nuestra especie tenga un balance positivo. Ahora bien, si esto trasciende a otros seres vivos o inertes, mi alegría se triplica. El mundo me parece habitable por un momento, y el futuro se ve transparente y prometedor. Aunque estos repentinos choques con gente consciente no suelen durar mucho tiempo, las emociones que me quedan me incitan a buscar y detectar fácilmente a la gente que es así.

Sé que en ocasiones es la educación o el cansancio lo que detona estos comportamientos, pero estoy segura que sí hay en la cabeza de varias personas esa genuina voluntad de hacer el bien, y hacerlo bien. Esa percepción sistémica del universo busca desesperadamente ser descubierta por más y más miembros de nuestra gran comunidad. Si yo estoy bien, y eso beneficia a los demás, ya la hicimos. Si, como piensan algunos, para que alguien esté bien, otro debe irse a la fregada, entonces no tienen lógica los derivados financieros donde todos pueden ganar sin que nadie tenga que perder. No siempre implica sacrificio buscar una resultante positiva en este complejo sistema vectorial. A veces sólo se requiere tiempo para pensar, tiempo para sentir, y una conciencia lúcida de lo público y lo social.

¿Economía universal?

Cuando una se ha esforzado tanto por conseguir algo (una relación exitosa, un empleo soñado, un viaje deseado, una beca anhelada, etc.), llega un punto en que se crea una especie de límite costo-beneficio que hace que hasta la persona más perseverante y tenaz decida detenerse. Me imagino que es una especie de fenómeno cosmoeconómico. Así como se establecen los precios por oferta-demanda, creo que también los sacrificios y esfuerzos están cuantificados de alguna manera tan orgánica que podemos sentir cuando ya estuvo bueno... cuando se ha pagado más de lo que valía el esfuerzo. Curiosamente, cuando una deja esa ambición a un lado para buscar alguna otra, la primera comienza a tomar forma. Es como si las oportunidades se pusieran celosas y quisieran toda la atención. Por eso siempre dice la gente "vas a ver que en el momento en que menos lo esperes/busques, llegará/sucederá".

La vertical

¿Por qué tantos temas en un día me llevan a una vertical misteriosa, imponente y aparentemente sabia? Un actor debe conocer la vertical para poder corromperla. Un cantante debe saber utilizar la vertical en la columna de aire para proyectar correctamente en voz media y no echarse a perder las cuerdas cuando está bajando a voz de pecho. "Levántate- regresa a la vertical- y anda". Hasta las gráficas económicas se perciben positivas cuando crecen con pendiente más vertical. Las letras también están repletas de verticales. Los números, igual. La tradición atribuye verticalidad al camino al Cielo. Son apreciados los cuellos largos, las piernas largas... verticales. ¿Habrá algo interesante detrás de esta predilección por las verticales?

El silencio de la fregonería

Cuando era pequeña, me enseñaron que no debía comentar mis buenas calificaciones con los demás para no resultar desagradable para otras personas. Me decían que había que ser sencilla y callar los éxitos. Sin embargo, si me iba mal en alguna ocasión, podía decirlo y nadie iba a molestarse por ello. A veces- me da un poco de tristeza admitirlo- me sentía bien de que me fuera mal, porque eso iba a hacer que pudiera comentarlo con alguien. Son hechos en una misma dimensión, pero uno está condenado al silencio y el otro goza de la bendita indiferencia.

Mientras mejor vayan las cosas, más calladito hay que tenérselo todo. Si en algún proyecto ganas bien, no digas nada porque empezarás a ser el tema de conversación y perderás la frescura de las conversaciones que solías tener con tus amigos. Si tienes admiradoras, que nadie lo sepa... no sea que te acusen de ser pagado de ti mismo y pecar de exigente. Si ganas algún premio, escóndelo y sal corriendo. Si ayudas a alguien, no sólo tendrás que callarlo... deberás hacer todo lo posible para que nadie se dé cuenta.

Cuando las cosas vayan bien, pues, estarás condenado al silencio, a no poder compartir con nadie esos éxitos que te dejan contento. Tendrás que procurar que nadie malinterprete tus buenas intenciones, para que tus proyectos no sean saboteados por la suspicacia de otras personas. Si estás contento porque te fue bien, tendrás que estar solo con eso. La felicidad te quemará por dentro. Cuando te vaya mal, por el contrario, la gente estará feliz de saber que puede hacer algo por ti, que después de todo, eres un humano como cualquier otro.

La bondad se estila en la forma de ayudar al fregado, no de compartir el éxito con el fregón. A veces pienso que el más necesitado no es el fregado, sino el fregón.