Siempre proponiendo

Habemos quienes estamos acostumbrados a buscar, intentar, seguir intentando, insistir, proponer, impulsar, empujar, activar. Nos rechazan y es como si nada hubiera pasado, igual seguimos buscando, intentando, pidiendo, proponiendo. Lo hacemos para nosotros, lo hacemos para que nuestros seres queridos consigan lo que quieren. No paramos de correr, siempre hacia adelante, siempre en movimiento. Tanto lo hemos hecho, que llega un momento en que se nos salen de balance el deseo por desear y el deseo por ser deseados. A veces se antoja que llegue alguien con ganas de encontrarnos, con una propuesta creativa, alguna idea fresca, alguna aventura entre las manos, algún plan maravilloso al cuál sólo tengamos que unirnos.

Espiritualidad, comunidad y medio ambiente

Me pregunto qué tanto influye la espiritualidad de la gente en su preocupación por el ambiente y su empatía con la humanidad. ¿Qué es el espíritu? ¿No es la parte de la inteligencia universal que se nos es dada en usufructo al nacer? ¿No es la parte del todo que podemos ver de cerca, percibir, oler, sentir, incluso transformar? ¿No es la porción de nosotros que puede integrarse con el resto de los espíritus y conformar una conciencia universal? ¿Qué tan fragmentado estará el todo con tan poco tiempo que se dedica al espíritu en el mundo occidental actual?

Salvar al mundo

No creo que exista eso de salvar al mundo, pero sí creo que se puede ayudar a que fluya y obedezca a sus procesos ultrainteligentes de ajustarse, adaptarse y evolucionar. Se trata de decir la verdad, ser transparente, abrir la comunicación, recibir los cambios, aprender a enfrentar el dolor, aceptar las alegrías y las tristezas, liberar la pasión, aprovechar el instinto de protección, permitirse amar y abatirse cuando es necesario. Se trata de no poner obstáculos ni parchar los sucesos.

Estoy a favor de ser civilizados y ajustarse a las reglas, pero no estoy a favor de oprimir el corazón o retorcer la cabeza con tal de que parezca que uno es más fuerte, más sabio, más maduro o más inteligente de lo que es. La vida es dinámica y uno cambia todo el tiempo; hay que promover ese movimiento, ese flujo de información, las experiencias y las nuevas ideas. El mundo ya debe tener todo lo que necesita para sobrevivir, pero requiere espacio para trabajar y que todos hagamos nuestra vida sin complicarle la tarea al resto.

Manos vacías

Si se tienen las manos vacías, parece que no hay nada qué ofrecer. Si observamos un poco más y los brazos también están desocupados, entonces lo que se tiene es un abrazo para dar.

Todo pasa y todo queda

Quisiera saber cuánto tiempo le toma a la gente olvidar sus inconformidades, borrar de su vida a otras personas, dejar pasar las injusticias, deshacerse del pasado. ¿Cada cuándo habría que insistir en cada tema para que la amnesia no hiciera indiferentes a los pueblos ni fríos a los amantes? Es tan fácil cerrar los ojos y bloquear los oídos para evitar la incomodidad, es tan simple conformarse con lo que se tiene y rechazar las posibilidades, sin tener ni la más remota idea de lo que se está perdiendo. ¿Es inconciencia, es pereza, es cansancio, es enajenación? ¡Mírame cuando te hablo, mundo!

Comprensión

A veces me pregunto cuántas cosas me tocará vivir para seguir conectándome con el mundo, comprendiendo a tanta gente que está viviendo toda clase de alegrías y tristezas, todo el tiempo. Prefiero seguir experimentando, aprendiendo, sintiendo, que permanecer ajena a un mundo donde hay gente que necesita ser acompañada, aunque sea en silencio, aunque sea sin saber que, esta noche, desde mi cama, estoy abrazándola y diciéndole que no está sola en esto, que todo saldrá bien, eventualmente.