Facetas

La fotógrafa, la dibujante, la pianista, la lectora, la escritora, la visitante, la actriz, la tenista, la taekwondoin, la del mejor promedio en la prepa, la del mejor promedio en la secundaria, la del mejor promedio en la carrera, la de las ojeras, la alegre, la cansada, la confundida, la del estacionamiento, la de la palapa, la del arbolito de la plaza de la Madre Trinidad, la del banco, la del fondo, la contralora, la directora regional, la asesora en crédito, la consultora, la profesora de francés, la organizadora de eventos, la de los gansitos, la de las tortas de crispín, la de las bombas, la de super salads, la del sushi, la del mural, la del buzz café, la de la plaza, la de las fiestas masivas, la de los desayunos, la del starbucks, la del auto de colección, la de la mochila "fea", la extranjera, la de las triates, la de las güeritas que tocan el piano, la cantante, la compositora, la de baile, la de la maestría, la de las mil becas, la viajera, la canadiense, la chilenita, la madrileña, la mexicana, la calladita, la sonriente, la sociable, la parrandera, la menor, la de los zapatos viejos, la de las botas lindas, la de los rizos, la del cabello lacio, la de las fiestas de día de muertos, la de misa, la del teatro, la de la mesita del fondo, la del sombrero, la de las frases, la del cine, la de los mails, la cursi, la fría, la cariñosa, la amorosa, la tierna, la cortante, la deportista, la sedentaria, la saludable, la desvelada, la que ahora trabaja, estudia y se pregunta todos los días.

Solitude

Me fascina la palabra, en francés. En español no me gusta, y en inglés, menos. En italiano me es indiferente y en alemán nunca la aprendí.
Me he dejado sola. Ya no me leo ni me escribo tan seguido como antes. No me llevo a correr, apenas hago unos minutos de ejercicio encerrada en un gimnasio. No me pinto con crayones largas horas, varias veces por semana. No me abrazo con los brazos de mis amigos ni me acompaño a comer con mi familia. No me incito a hacerles de desayunar a mis seres queridos. No me entreno en teatro, ni me llevo al cine tan seguido. No me invito a conciertos en el forum cultural. Mucho menos me tomo una michelada con los Padrinos.
Me he dejado sola, profundamente sola. No me doy a conocer, porque ni tiempo tengo de que nadie me conozca. Mucho menos me entrego a nada que no sea esta batalla por sobrevivir al terremoto, al tornado, al huracán y a los fuegos artificiales. Estoy acumulando el amor, las ganas, las emociones, la inteligencia, los recuerdos, los sueños, las ilusiones, la desesperación, la frustración, el gusto, el hambre, el sueño, el frío... y todo lo he guardado dentro de mí. Estoy dictando mi propia historia, siendo que me fascinaría estar escribiéndola, más bien.
Me siento realmente sola, sola en español.

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Se siente bien no tener que escribir bien... por eso tanto blog y tan pocos cuentos. En cuanto comprenda que no tengo que ser buena, comenzaré a escribir los cuentos interesantes que están esperándome sentados en el último escalón de abajo. Ya voy, ya bajo... nomás me peino, aguanten.

Duda

No estoy enamorada. De ahí que me pregunte tantas cosas acerca del amor. ¿Es cierto que el enamorado tiene la desventaja práctica, pero la ventaja existencial? El amor no duele... lo que duele es cargarlo y no tener en dónde apoyar el peso.

Distracción

No me imagino sin un cuerpo que me distraiga de la profundidad del ser.

La meditación requiere la nulificación del cuerpo hasta un punto en que la persona pueda concentrarse en una serie de procesos internos que le permitan alcanzar un nivel de conciencia más elevado. Es como neutralizar el cuerpo para alinearlo con el alma.

No me imagino sin cuerpo. No sé cuánto podría cansarme de tanta conciencia de que existo. Saberlo todo, conocerlo todo, no necesitar entender nada porque todo está descubierto... no me lo imagino. Debe ser terrible y maravilloso, imponente y liberador. Debe ser como abrazar a un ser amado, con los ojos cerrados.

Teoría de conjuntos

En la vida no hay amor. En el amor, en cambio, puede haber vida. Nos equivocamos buscando el amor dentro de la vida, siendo que más bien puede haber una intersección entre ambos conjuntos, o la vida estar dentro del amor. Negarse al amor es omitir el conjunto, alejarse de la intersección, aislarse. Me niego a pensar que fuera de la vida no hay amor.

Feriado

Se celebra alguna victoria de alguna guerra, y la gente no trabaja. Mañana será viernes, y mucha gente tampoco trabajará.
Hoy la gente despiertó a sus vecinos con gritos apasionados y todo parecía indicar que también satisfechos. Ahora, baila, y dice "uhuuu" en un tono agudísimo, como celebrando la música que hace retumbar el techo del departamento de abajo. Hoy hay mucha gente en pijama, tomando cerveza en su casa. Mañana habrá un ejército de botellas en el piso del pasillo.
Hoy se escuchan las voces de quienes ven un mismo programa o juegan algún juego en donde cada evento contagia a todos los participantes, y el grito dice la misma cosa en vasta tesitura. No abren los supermercados, ni las tiendas, ni las farmacias... sólo los restaurantes. Es feriado y parece que la gran ciudad ha decidido no sólo no trabajar, sino realmente disfrutar el día.

Noche incómoda

Quería bailar, bailé. Quería que fuéramos 6; fuimos sólo 3: una pareja y yo. Quería pasarla bien y sí, me divertí después de todo. Quería estar a gusto, y lo estuve una parte de la noche.
Los asistentes no bailaban compartiendo... estaban pegados, pero sin expresarse absolutamente nada... es que en mi generación el baile no se entiende más que como preámbulo sexual. Tampoco se aprecian las miradas cuando lo que se persigue es un beso pronto. Ni se disfrutan las llamadas cuando se quiere a fuerzas una cita. Mi generación no sabe gozar los trayectos largos ni le gusta saborear los momentos poco a poco, despacito.
Mi generación se encela, grita, se pelea, hace el amor y la guerra de manera intermitente... mi generación no es prudente ni sencilla, mi generación no espera, no anhela, no persigue, no conserva, no construye, no desea, no persevera, mucho menos alcanza... sólo recibe lo que está cerca, lo que va pasando, lo que se consigue fácilmente y a bajo costo. Mi generación está confundida: cree que el amor no dura, cree que el compromiso no existe, y que la fidelidad es utopía. Mi generación se aburre porque no se da el tiempo de descubrir los pasajes secretos que habitan entre pares de ojos y decenas de dedos. Mi generación no conversa bajo la luz de la luna, por horas y horas, ni guarda silencios largos mientras siente la brisa en la cara. Mi generación tiene prisa...
...y yo, en medio de la pista de baile, me quedo sola. No quiero que nadie me pida besos, no quiero que nadie me abrace la cintura, no quiero que me inviten a bares... quiero que alguien llegue a acompañarme y sienta un enorme deseo de protegerme... Pero mi generación no tiene tiempo, ni ganas... ni siquiera una pizca de curiosidad.

¿El alma piensa?

El alma, eterna. El cuerpo, temporal. El alma, transformada por el cuerpo. El cuerpo, transformador, mortal. El alma, es. El cuerpo, ¿hace? El cuerpo, ¿piensa? El alma, ¿piensa? Si muero, ¿pienso? No hay tiempo, ¿no puedo pensar? Si muero, ¿sólo soy? Entonces, ¿creo? Si no, ¿sólo estoy consciente? Si muero, ¿percibo o más bien sé? Entonces, ¿pensar es temporal? ¿Qué queda? Pensar transforma al alma, pero si muero, dejo de transformarme. Entonces, ¿el sentido de pensar es llegar a ser? Tal vez por eso es tan importante ser (Soy el que Soy), y creer sólo es de este mundo- denotando esa cosa que no sé bien qué es, pero que es ahora donde estoy. Entonces, ¿las ideas son de esta vida... y lo que queda es el ser? ¿Da igual pensar una cosa o pensar otra? ¿Hay que enfocarnos en ser? La vida es limitada, vayamos al punto... ¿de qué se trata? La poesía será un paliativo para esta desesperación de no saber qué se está siendo después de tanto filosofar.

¿Qué tengo? - Preguntó Fernando.

Tengo una rosa en mi sala; estrené mi florero.
Tengo queso en mi refrigerador y unas gotas del pisco que trajeron mis amigas; tengo amigas.
Tengo plátanos y licuadora; desayunaré licuado bien espumoso, como me gusta.
Tengo stereo y tengo un CD- uno sólo, que me dio un amigo: tengo un amigo, tengo varios, y muy buenos.
Tengo mi mail con varios mensajes pendientes de responder: tengo gente que quiero y que me quiere.
Tengo lectores: tengo letras y, si no es que les gustan, por lo menos les atraen.
Tengo un trabajo que demanda mi mayor creatividad: tengo creatividad.
Tengo las ganas: las ganas de vivir, de amar, de aprender, de ser feliz.
Tengo una vista espectacular: tengo un mundo qué observar y que difícilmente conoceré todo- no puedo dejar de sorprenderme.
Tengo sed y tengo agua: puedo dejar de tener sed.
Tengo mi vida y mi vida está enamorada de mí casi tanto como yo de ella: mi vida me trata bien.
Tengo un árbol favorito y un número predilecto; y tengo un número de teléfono que lo incluye.
Tengo absolutamente todo lo que tengo, y nada es mío. ¿Qué más quiero?

La gentileza de los árboles

No les basta con bañar el aire con su esencia; también cubren el pavimento a nuestros pasos, con las venas de sus hojas. ¡Quién fuera árbol para entregarse así a la belleza!

La ocupación

Dicen que es la "ociosidad" la madre de todos los vicios. Hay uno, quizá bastardo, que parece hijo de la ocupación. La falta de tiempo que sirve de excusa para no pensar en el deterioro del ambiente, en las necesidades humanas, en las carencias políticas, en la falta de lógica económica, y en la pobreza de espíritu. Es que si uno no trabaja, no es productivo... pero si uno trabaja demasiado, entonces tampoco lo es. Porque termina faltándole tiempo para reflexionar lo que está haciendo de su vida. Es más cómodo vivir así, sin duda, que batallar para decidir todo lo que uno quiere de su historia. Pero es mediocre, es pobre, es triste, y es muy aburrido. Así como un lector abandona un texto aburrido, la vida también abandona a un vivo aburrido.

Pre-arrepentimiento

Como no planeo que mi alma vague en pena, más me vale dejar hecho todo lo que se me va ocurriendo. No quiero morir y luego tener que regresar: si me voy al más allá, que sea para no volver. Por eso digo tantas veces "te quiero" a la gente que ya sabe que la quiero. Por eso trabajo con tantas ganas, no sea que quede un agujero sin rellenar. Por eso a cada rato pienso que más vale exponerse un poco, que protegerse y permitir que las cosas dejen de suceder. La vida es tan corta, que más vale aprovecharla mientras dure. No importa qué tan larga vaya a ser mi vida, igual me resultará breve para todo lo que contendrá... es una novela que no puedo dejar de leer, porque ni siquiera me resigno a terminar de escribirla.
Quisiera ser como la poesía: tan interesante comprenderla como deseable amarla.
Quisiera ser como el tema de cinema paradiso: que devuelve la paz justo antes de ir a dormir.
Quisiera que, como a mis textos, la gente me leyera.
Quisiera que alguien me quisiera como la vez que mejor quise yo a alguien.
Quisiera que, al cruzarme con una persona valiosa, me retuviera, y dejara a la historia crearse... para que nuestros nombres resonaran juntos como los de Picasso y Dalí, Da Vinci y Miguel Ángel, Starsky y Hutch.
Quisiera que mi intensidad no fuera dramática, y que mi drama no fuera triste.
Quisiera jamás perder mi alegría y mi vitalidad.
Quisiera ser tan intensa por afuera como lo soy por adentro.
Quisiera ser bella, tanto que pudiera ser virtuosa, tanto que pudiera ser buena.