Solitude

Me fascina la palabra, en francés. En español no me gusta, y en inglés, menos. En italiano me es indiferente y en alemán nunca la aprendí.
Me he dejado sola. Ya no me leo ni me escribo tan seguido como antes. No me llevo a correr, apenas hago unos minutos de ejercicio encerrada en un gimnasio. No me pinto con crayones largas horas, varias veces por semana. No me abrazo con los brazos de mis amigos ni me acompaño a comer con mi familia. No me incito a hacerles de desayunar a mis seres queridos. No me entreno en teatro, ni me llevo al cine tan seguido. No me invito a conciertos en el forum cultural. Mucho menos me tomo una michelada con los Padrinos.
Me he dejado sola, profundamente sola. No me doy a conocer, porque ni tiempo tengo de que nadie me conozca. Mucho menos me entrego a nada que no sea esta batalla por sobrevivir al terremoto, al tornado, al huracán y a los fuegos artificiales. Estoy acumulando el amor, las ganas, las emociones, la inteligencia, los recuerdos, los sueños, las ilusiones, la desesperación, la frustración, el gusto, el hambre, el sueño, el frío... y todo lo he guardado dentro de mí. Estoy dictando mi propia historia, siendo que me fascinaría estar escribiéndola, más bien.
Me siento realmente sola, sola en español.

1 comentario:

1966 dijo...

En León una llamada basta para una michelada con Los Padrinos!, the band, al menos. Me consta. O al menos una parte de ellos.