La S chilena

Impredecible.
Inestable.
Impulsiva.
Íntima.
Callada.
Voluble.
Sorpresiva.
Coqueta.
Afelpada.
¿Cuándo voy a aprender que la gente que tiene miedo no puede ser sincera?

Puertas

Hay puertas que se abren delante y puertas que se cierran detrás.
Hay puertas que golpean los tímpanos cuando se azotan.
Hay puertas que tardan en abrirse, y otras que jamás se abren de par en par.
Hay puertas que recurren al tiempo para filtrar a las masas.

Hay puertas esperando ser tocadas.
Hay puertas translúcidas y cerradas.
Hay puertas que enmarcan las entradas y salidas, pero nunca detienen al que pasa.

Hay puertas a las que se accede a través de puertas.
Hay puertas que dividen, que demandan orden y respeto.
Hay puertas que nunca te conceden un derecho.
Hay puertas que te dejan esperando: abiertas por afuera, cerradas por adentro.

También hay puertas como la mía.

Ética y estética

¿Es más fuerte mi tendencia a la belleza que a la bondad? ¿Es más grave mi atracción por lo hermoso que por lo correcto? A veces prefiero lo correcto por bello, tal vez... Me gusta la belleza que conmueve y sorprende... la belleza sutil, que no empalaga los sentidos.

Cuerpo

Gracias al cielo que tengo un cuerpo, porque si no, es posible que al abrazar, fundiera mi alma con la suya, con la tuya, ¿con la nuestra?

Cocinar

¿Por qué me divierte tanto alterar las recetas? Es acaso sentir que invento un sabor, o que pruebo algo que nadie más probará. El gusto de cocinar... cocinar de gusto... cocinar para el gusto... es de buen gusto porque me gusta.

Diálogo

... y aunque yo sé que está en mí, no quiero hacerlo todo yo. (Descanso en ti.)
... a pesar de que me gusta decidir, disfruto cuando al final me da igual no haberlo hecho. (Confío en ti.)
... posiblemente sea mi predisposición a la felicidad, al amor, a la paz, a la organicidad (¿?)... a la fluidez. (Te quiero.)
... tal vez es que de repente ya no sé quién está conmigo en consecuencia. (Acompáñame.)
... quizá estoy acostumbrándome a ser audiencia. (Hace más de un año que no piso un escenario).

¿Encontré yo esta ciudad, o me mandó traer desde lejos? (Búscame hasta que me encuentres.)

No sé si me presentaron a mí misma o si ya me conocía. (Observo y siento al mismo tiempo.)
No se si soy o me acompaño. (Pienso y quiero.)

A veces tengo la sensación de ser un almacén de ideas, sentimientos, voluntades y magia... en positivo o en negativo... para dar o recibir. (Estoy adentro.)

Quiero descubrir un color, inventar un olor y poseer una textura única... quiero saber... quiero que al mirarme, escuchen mi música. (Descúbreme.)

Lectora asidua

Mientras no me saquen de su vida, seguiré leyéndola. Tanto como gusten, seguiré escribiendo en ella.

Se es lo que se es.

Se es lo que se es...
...pero se siente bien no tener que ser así... y serlo sólo porque uno quiere.

Se es lo que se es...
... y es agradable que eso esté bien, que eso sea suficiente para ser querido, ser aceptado, ser admirado, ser comprendido, ser recibido.

Se es lo que se es...
... sólo mientras uno siga siendo. Por eso es que el presente sirve para abrir paso al futuro... por si acaso.

Se es lo que se es...
... y no es posible ser mejor de lo que se es, cuando uno ya está esforzándose tanto como puede.

Se es lo que se es...
... y llegar a serlo ha tomado toda la vida.

Se es lo que se es...
... y se agradece la bendición de existir, aunque sea con un cargamento de defectos.

Se es lo que se es...
... pero basta algo de visión y un poco de paciencia para descubrir qué es lo que se puede llegar a ser.

La ilusión y la fe

¿Es la ilusión el motor de la fe? ¿Es la ilusión producto de una imaginación ágil? ¿Es la fe una abierta aceptación de algo que no ha sucedido? ¿Es la ilusión una herramienta del libre albedrío, y la fe un catalizador? ¿Es la fe una decisión de alto riesgo tomada bajo incertidumbre y la ilusión un neutralizador de ese riesgo?

Disposición

La disposición de por sí es bella, aunque no llegue a iniciativa. Es una voluntad permanente, continua. Es aceptar sin conocer y querer sin haber descubierto. Es reconocer las posibilidades y darles el beneficio de la duda. Es respetar los potenciales, y no imponerles límites.

¿Qué me harías, mundo?

Te siento lejos, afuera, distante. Te siento reticente, ajeno. Te siento indiferente. Siento que no siempre ha sido así. Siento que alguna vez, tú y yo fuimos cómplices. Siento que nos separamos cuando dejé de escucharte y tú dejaste de cuidar de mí, por rencor tal vez, o a manera de defensa.

Te extraño. Mientras más me alejo de ti, peor me siento. Es como si me faltara energía, como estar enamorada a la distancia. Acaso piensas que esto ya no tiene solución y que todo está perdido. Acaso ya no me necesitas... acaso te hago daño.

¿Qué me harías si te forzara a volver a mí? ¿Qué harías si consiguiera que la humanidad entera se callara y dejara de distraerse con artefactos, para que escuchara tu discurso? ¿Qué dirías, mundo?