Hay puertas que se abren delante y puertas que se cierran detrás.
Hay puertas que golpean los tímpanos cuando se azotan.
Hay puertas que tardan en abrirse, y otras que jamás se abren de par en par.
Hay puertas que recurren al tiempo para filtrar a las masas.
Hay puertas esperando ser tocadas.
Hay puertas translúcidas y cerradas.
Hay puertas que enmarcan las entradas y salidas, pero nunca detienen al que pasa.
Hay puertas a las que se accede a través de puertas.
Hay puertas que dividen, que demandan orden y respeto.
Hay puertas que nunca te conceden un derecho.
Hay puertas que te dejan esperando: abiertas por afuera, cerradas por adentro.
También hay puertas como la mía.
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