Tipo de cambio

Pagar siempre con dinero, es como medir siempre en metros, como no pesar ni ver en tercera dimensión.

Estoy de acuerdo en que se necesita estandarizar el medio de cambio, pero valuar todo en dinero me resulta ilógico. Es como cantar siempre en un mismo tono, o demostrar los diferentes afectos con un mismo tipo de abrazo.

Hay diferentes divisas, pero se puede cambiar una por otra; eso no me parece bien. No me hace sentido que lo que compra pan, también pueda pagar un funeral, cambiarse por una noche de parranda o financiar un molino de granos para el campo.

Posibilidades de un personaje

No se trata de ser, sino de hacer. Se es lo que se es, y punto. Lo que se hace es lo que cambia con el contexto... y es lo que permite que quienes nos conocen de un lugar o de otro, se formen una opinión.

En todos lados, tengo el cabello rizado (aunque no esté de moda). Pero no en todos lados me siento a leer con una taza cerca de mí. Soy feliz, pero no en todos lados camino sonriendo. Soy apasionada, pero no voy por la vida regalando besos franceses ni asesinando a los capitalistas. Soy reflexiva, pero no siempre comento todo lo que estoy pensando.

Se es lo que se es, pero lo que una hace es lo que el mundo entenderá que una es.

Completud

Más vale llorar a cántaros cuando hay malas noticias qué procesar. Más vale decir cuánto se extraña un mensajito al celular, y esos desayunos de domingo con pláticas extensísimas. Más vale recordar con melancolía que no tener nada qué traer a la memoria. Más vale que las cosas sean completamente.

Cuando todo se torna tan difícil... cuando hay mucho qué sentir y tan poco por explicar... más vale ser completamente. Cuando duele tanto no poder estar cerca cuando los seres amados sufren, más vale ser completamente miserable, que fingir que se está bien. Más vale que me desbarate ahora... que me derrita por los ojos.

Es tanta la tristeza, que rebota la alegría... que el optimismo me invade, suplicándome que le permita hacer algo por mí. Es tanto el amor, que no puedo estar triste. Es tanta la necesidad de que todos estemos bien, que escribiré todos los días... y en mis letras pondré la sangre, pondré el sudor y pondré las lágrimas... porque sólo los líquidos pueden hacer que las cosas fluyan sin perderse en el espacio.

Estoy viviendo completamente... y de vez en cuando también me siento completamente exhausta... y agonizo completamente... porque la completud es la virtud del coraje, de la decisión, de la voluntad, de la resignación, y de la intensidad. Todo eso siento ahora.

Renuncia

Cada vez que alguien ha decidido dejar de escribirme, de leerme, de llamarme por teléfono, de considerarme el amor de su vida, y de permitirme hacer eso yo, ese alguien ha renunciado a mi vida. Ha decidido que no aparecerá en la página 36 de la biografía que alguna vez un joven de 22 años- si es que algún día yo tuviera tal suerte- escribirá sobre mí. Ha confesado que no desea figurar en la obra de teatro que se hará sobre mi vida. Ha considerado que es mejor pasar a la historia como un pasaje de mi pasado, y no como un coprotagonista.

Esa persona ha renunciado a todo lo que tengo qué ofrecer, a compartir mi potencial, a atestiguar mi pasión y entrega, a secar mis lágrimas cuando esté lloviendo, y a ver lo graciosas que se verán mis canas cuando empiecen a salir. Todas esas personas que han renunciado a mí, renuncian cada día que deciden no volver... no es que hayan dejado de decidir; es que me recuerdan de vez en cuando, y deciden seguir caminando hacia otro lado, tal vez en línea paralela sin posibilidad de cruzarnos nuevamente.

Si llego a ser célebre por alguna razón, se pondrá de manifiesto la lista de personas que me dejaron ir, la cantidad de gente que creía que jamás tendría éxito, y los amigos que me acompañaron en cada uno de los millones de empeños con que he decidido condimentar mi vida. Si llego a ser famosa, se sabrá que he tenido grandes amores, y que todos me dejaron ir... y cuando tenga alguno que no me suelte, también eso será escrito. Tal vez algún día me llamen como a Evita "Perón": Lis "____". Así se sabrá quién no renunció a mí, a mis manos, a mis letras, a mis miedos, a mi necesidad de ser amada, a mi incansable gusto por los números y las palabras, a mi inmensa alegría de estar viva, y a mis terribles ganas de no soltar al mundo ni un minuto.

Espero yo jamás renunciar a nadie. Ojalá siga dándole oportunidades a la vida, y si acaso vuelvo a encontrar un chico de sonrisa perfecta y voluntad inequívoca en un autobús, espero de corazón no volver a dejarlo ir así sin más.

Decisiones

No siempre se trata de decisiones; o sí, porque uno puede decidir no decidir nada... y entonces ya está decidiendo. Una deja ir, o sostiene... y aguanta, y apechuga. Una permite, o limita, o quita las manos y dice: buenas noches, ya me voy. Una dice "no, con una tengo", o toma otra, y otra, y las que decida tomar o no decida dejar de ingerir. Una piensa que ha decidido, y entonces se da cuenta que lo único que hizo fue dejar que Dios siguiera sus planes. Una ha decidido que Dios decida... y por libre albedrío.

Pareciera que no todo es decisión, porque el día comienza cuando una está dormida, y apenas a las 10 de la mañana, se abren los ojos para darse cuenta que las ocho ya pasaron. Una extraña, una necesita, y decide que está bien... y lo está, y entonces decide que seguirá estándolo. Decide extrañar, y decide al mismo tiempo no sufrir por ello.

Una siente celos, profundos, porque alguien más está siendo amado... y una no ama ni es amada. Una decide querer, y amar... y alguien más decide cuánto cabe en el recipiente, y la cantidad de fresas que le caben en el congelador.

Una tiene terraza, y sale para ver la ciudad. Una se enamora con la noche, y la noche está enamorada de la madrugada. El triángulo se rompe para que se haga de día y el trabajo haga que una olvide lo que ha estado pensando sobre el amor y todo eso. Una es moderna, y ama como amantes de ésos a la antigua. Porque una decide que será fiel, incluso a la soledad. Porque una es romántica, y entrega todo lo que tiene qué ofrecer... y lo entrega bien, con decisión... porque una decide que es lo mejor, lo que se siente que está bien.

Una ha decidido que la intuición es la que manda... y espera que alguien más la acompañe con esa intuición. Pero mi país no escucha, está cansado. Fuera de él, las cosas parecen más simples...

Una tiene las manos secas y las piernas temblando de cansancio. Una está sola, come rodeada de personas y no entiende nada, y no tiene nada qué decir. Una podría ser un premio Nobel, y nadie lo sabría. Una podría cantar con inagotable pasión, o bailar en medio de las olas y romperlas contra las rocas. Una podría escribir un cuento en la arena, e inflamarle el corazón a toda Hungría. Pero nadie sabe, porque nadie ha decidido que habrá de darse cuenta.

Una tiene ganas de trabajar bien, de hacer lo mejor que puede, de ser honesta y decente, de ser buena y ser amable, de ser dulce y ser paciente. Una escucha en la radio a su abuelo, y llora. Una no tiene sangre de sobra, sólo le queda la que va a derramar cuando sea necesario entregarse por completo.

Una tiene letras, y besos, y memorias, y silencios. Una tiene música y poesía. Una tiene sentidos y sentimientos. Una es extranjera, y es todo lo que es. Porque uno decide qué quiere que los demás parezcan.