Salvar al mundo

No creo que exista eso de salvar al mundo, pero sí creo que se puede ayudar a que fluya y obedezca a sus procesos ultrainteligentes de ajustarse, adaptarse y evolucionar. Se trata de decir la verdad, ser transparente, abrir la comunicación, recibir los cambios, aprender a enfrentar el dolor, aceptar las alegrías y las tristezas, liberar la pasión, aprovechar el instinto de protección, permitirse amar y abatirse cuando es necesario. Se trata de no poner obstáculos ni parchar los sucesos.

Estoy a favor de ser civilizados y ajustarse a las reglas, pero no estoy a favor de oprimir el corazón o retorcer la cabeza con tal de que parezca que uno es más fuerte, más sabio, más maduro o más inteligente de lo que es. La vida es dinámica y uno cambia todo el tiempo; hay que promover ese movimiento, ese flujo de información, las experiencias y las nuevas ideas. El mundo ya debe tener todo lo que necesita para sobrevivir, pero requiere espacio para trabajar y que todos hagamos nuestra vida sin complicarle la tarea al resto.

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