Mundo repartido

Mientras más humanos habitamos el mundo, la parte que corresponde a cada uno, es menor. El ritmo está tan acelerado, que cada vez menos gente se atreve a decir "alto, estoy confundido... denme tiempo para decidir", y entonces vota por quién intuya que es mejor. Tampoco en las relaciones se dice "espera, quiero que sepas más sobre mí antes de involucrarnos". Ni en el trabajo se pide tiempo para hallar la manera de hacer las cosas que sea más amigable para el ambiente.
Es tanta la prisa, que no queda tiempo para reflexionar, para planificar, para evaluarse uno mismo, ni para definir lo que se quiere y entonces ir tras ello. Hay un desfile de posibilidades frente a nosotros, todos los días. Por eso, la gente ya no sale a buscar lo que quiere; sólo elige alguna de entre las opciones que le pasan por enfrente. Esto llega a confundir a la gente que no sabe por qué está en el trabajo que está, o con la persona con quien está, o en la ciudad donde vive. En el mundo hay cada vez más preguntas, y menos tiempo para pensar antes de responder.

1 comentario:

MRBMS dijo...

Gracias. Tomaré más tiempo para decidir lo que me ofrecen y tomaré tiempo para hacer lo que no me ofrecen.