Extrañar

Es haber asimilado la belleza del pasado, y querer volver a deslumbrarse con su oscuridad profunda, íntima y silenciosa. Extrañar es enajenarse del presente, volverse extraño de lo que ya no es como era antes.
Extraño, pues, que me abracen para protegerme y no para poseerme. Extraño las caricias que escriben sobre la piel, en lugar de borrar su poesía. Extraño la belleza de una mirada inocente, de una broma sencilla, de una idea espontánea y de un baile desconfigurado. Extraño tener una casa construida sobre el pecho de un varón, para hospedar las risas, el silencio, los teamos y las lágrimas.
Extraño... sí, muy extraño... tanto, que no me cabe duda que me hace falta. Extraño parecer bella, resultar interesante y sonar dulce. Extraño provocar ternura y desatar euforia. Extraño mis letras en unos ojos de mirada penetrante y mis manos en unas manos cálidas.
¿Qué hay de malo con extrañar lo bello y desear profundamente lo conmovedor? ¿Qué si extraño más de lo que conozco? ¿Qué pasa si no me conformo con algo menos que el amor?

1 comentario:

Francisco Díaz dijo...

Extrañar... no sólo por el hecho de extrañar, quedar pasmado por un simple recuerdo o pensamiento... siempre del pasado.

¿Qué es una ilusión?... esa curiosidad por saber que pasarà, algo que mantiene vivo un deseo... ¿¿es a caso extrañar por anticipado ??...