Comunicación trunca

"Eres una reina." "Qué bonitos ojos tienes." "Que tenga buena tarde, señorita."

Las mejores cosas que escuché en el día, se las dijeron a mi nuca. Esperaron a que yo terminara de pasar, para contárselo a mi estela. Yo no escuché nada... mi sombra me contó lo que habían dicho. Ni cómo decir gracias, o devolver el buenatarde. No esperaban que lo hiciera; no confiaban en que podría haber dicho gracias. No les interesaba ni mi réplica, ni mi recepción del mensaje, o siquiera saber si les creí. Era cosa de decirlo, no de hacerse escuchar.

No hay comentarios: