El silencio de la fregonería

Cuando era pequeña, me enseñaron que no debía comentar mis buenas calificaciones con los demás para no resultar desagradable para otras personas. Me decían que había que ser sencilla y callar los éxitos. Sin embargo, si me iba mal en alguna ocasión, podía decirlo y nadie iba a molestarse por ello. A veces- me da un poco de tristeza admitirlo- me sentía bien de que me fuera mal, porque eso iba a hacer que pudiera comentarlo con alguien. Son hechos en una misma dimensión, pero uno está condenado al silencio y el otro goza de la bendita indiferencia.

Mientras mejor vayan las cosas, más calladito hay que tenérselo todo. Si en algún proyecto ganas bien, no digas nada porque empezarás a ser el tema de conversación y perderás la frescura de las conversaciones que solías tener con tus amigos. Si tienes admiradoras, que nadie lo sepa... no sea que te acusen de ser pagado de ti mismo y pecar de exigente. Si ganas algún premio, escóndelo y sal corriendo. Si ayudas a alguien, no sólo tendrás que callarlo... deberás hacer todo lo posible para que nadie se dé cuenta.

Cuando las cosas vayan bien, pues, estarás condenado al silencio, a no poder compartir con nadie esos éxitos que te dejan contento. Tendrás que procurar que nadie malinterprete tus buenas intenciones, para que tus proyectos no sean saboteados por la suspicacia de otras personas. Si estás contento porque te fue bien, tendrás que estar solo con eso. La felicidad te quemará por dentro. Cuando te vaya mal, por el contrario, la gente estará feliz de saber que puede hacer algo por ti, que después de todo, eres un humano como cualquier otro.

La bondad se estila en la forma de ayudar al fregado, no de compartir el éxito con el fregón. A veces pienso que el más necesitado no es el fregado, sino el fregón.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hey... no stoy del todo de acuerdo con lo que escribiste en éste artículo, ya que esas actitudes distan mucho de cada ser humano con el que te relaciones. Cuando una persona se rodea de energía positiva, de amor y humildad, el compartir las alegrías y éxitos resulta de lo más agradable, porque el simple hecho de amar significa el desinteres material y la felicidad compartida ante el éxito de los que te rodean. Hay gente que dice, juntante con gente más inteligente que tu, ya que aprenderas más y tendrás más éxito con ellos. Esto no significa que te sientas mediocre y te agarres de las demás personas como salvavidas, sino que aprendas de la mejor manera lo mejor de ellos y que despues lo uses para salir adelante y apoyar a esas personas, cuando todo está en un mismo canal de comunicación, los éxistos son bien tomados y hasta apoyados y festejados y las derrotas son sufridas y superadas. Es verdad que existe la envidia y debes de ser cuidadoso de con quien compartes tus alegrías, pero seríamos estúpidos al vivir siempre bajo el silencio del éxito, ya que ¿cómo puedes llamarle éxito a una soledad inminente?, el éxito se da cuando la felicidad llega a tu vida en cualquier forma. Sigue escribiendo ;)