Cuando el espacio se hace pequeño y uno olvida que algunas cosas ya habían dejado de ser importantes, se siente un hostigamiento que agota. Hace falta que llegue alguien y atraviese esas paredes imaginarias que uno ha construido, para darse cuenta que el espacio alrededor es inmenso y aún queda mucho aire para respirar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario