Quiero un amigo anciano

Cómo me gustaría tener un amigo que hubiera aprendido ya las lecciones que yo estoy por aprender, que hubiera tenido un gran amor y lo hubiera visto partir, que tuviera suficiente tiempo para mí y necesitara mi compañía, que no juzgara mi ingenuidad ni me presionara a crecer rápidamente, que no se espantara por mi reflexividad y supiera simplificar las cosas al punto de hacer que las preguntas perdieran importancia. Quisiera un amigo anciano, un amigo sabio, un amigo alivianado, un amigo sin pretenciones que no se ofendiera por todo ni tuviera a nadie que lo celara. Quisiera un amigo que pudiera enseñarme de música, contarme la historia vivida en carne propia y hacerme sentir que soy una joven hermosa y tengo un futuro prometedor. Quisiera un amigo anciano que me durara, además, toda la vida.

3 comentarios:

Rockstar Rodante dijo...

Yo puedo ser ese amigo, a pesar de no ser precisamente un anciano. Lindo tu blog.

M.E.A.B. dijo...

¡Gracias!

Anónimo dijo...

La ancianidad es un valor que se adquiere con el tiempo, pero la sabiduría no siempre llega con el tiempo. Ojalá encuentres a ese amigo anciano y sabio.