Holograma

¡Qué frustrante haber alcanzado un sueño y no poder vivir en él!  Es como encontrarse la imagen del ser amado y no poder abrazar el holograma.  Debe ser como abortar un bebé que se ama y nunca se le puede ver nacer.  Así debió sentirse Beethoven al no poder escuchar su propia música, más que en su imaginación, en una realidad que sólo vivía dentro de él.  Es confuso sentir, al mismo tiempo, la certeza de que se ha llegado al sitio anhelado y la forzada renuncia al mismo.

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