Piloto automático

De pronto, sentí que ya no podía más.  Ni la mente ni el corazón parecían soportar todo lo que estaba pasando, por lo menos no al mismo tiempo, no en ese momento, no después de los momentos anteriores.  Hablé con Dios para comunicarle mi estado débil, vulnerable, cerca de un límite desconocido en el que supongo que podría simplemente haberme apagado, haberme consumido en un agujero negro, haberme agotado, haber desaparecido, pufff!

Horas después, estaba cerrando un contrato de prestación de servicios, recibiendo gratis un documento urgente de un servidor público muy angelical, enviando esto con la prisa debida y siendo abrazada por la gente que más me quiere.  A veces siento que nada en mi vida funciona de la manera normal... quizás es mi propensión a soñar con lo extraordinario.

No hay comentarios: