Estado de pérdidas y ganancias

Hay llanto de pérdida y llanto de ganancia. Hay euforia de una pérdida menor a la esperada, que se percibe como ganancia al final de cuentas. Hay sufrimiento por una pérdida que se percibe mayor de lo que realmente es. Si la naturaleza del hombre fuera puramente racional, si de verdad las emociones debieran ser discriminadas y consideradas infantiles o estorbosas, si lo correcto fuera reaccionar con desdén ante los impulsos de los sentimientos- porque por más racional que sea la razón, también ésta tiene sus impulsos-, entonces me cambiaría de especie. Pero sigo siendo humana.

Como humana, sentí que perdía, que se me despojaba de una parte de mí, cuando creí perder algo que parecía enorme y magnífico. Como humana, también, me di cuenta que no perdía demasiado: estaba perdiendo algo que ni siquiera tenía, algo que solamente creía tener. La ilusión de la pérdida se debía precisamente a la pérdida de la ilusión.

Por eso, al despertar hilé una frase todavía entre sueños, y sentí mucha satisfacción. Mi razón y mi sensibilidad habían llegado a un acuerdo:

El que pierde un amado, sufre más y pierde menos que el que pierde un amante.

1 comentario:

T^T° dijo...

olé .... felicidades por tu blog ... gracias por compartir Lis ... desde Valle de Bravo un abrazo