Tenmeacás

No se trata de ser fatalistas o negativos. No es cuestión de pesimismo. La vida pasa, y con ella las decisiones. Lo que era posible en algún momento, deja de serlo cuando vence la caducidad de la decisión que iba a accionarlo. Con el paso del tiempo, se barren las oportunidades. El miedo se disfraza de prudencia, y la madurez de escepticismo.

Por cada segundo que no esté trabajando contra la pobreza, hay un segundo más de hambre, enfermedad o desesperación. Por cada abrazo que no dé, habrá una muestra de afecto menos en el mundo. Por cada amor que deje ir, habrá una historia no escrita. Por cada vacante que no se cubra conmigo, habrá una posibilidad desperdiciada. Por cada persona que no haga sentir bien, habrá una persona sintiéndose indiferente o mal.

Yo no existo en el futuro. Tú tampoco. Ellos tampoco, ni ella. Si muero hoy, o tú lo haces, o ellos, o ella, entonces no habremos hecho nada contra la pobreza, no habremos dado tantos abrazos como convenía, no habremos amado lo suficiente, ni habremos dado oportunidades para que las cosas sucedieran cuando podían hacerlo. Pero ya muertos, no importa. Importa hoy. Quiéranse hoy. Comiencen hoy lo que piensen hacer en un año. Extrañen hoy. Piensen hoy. El cobarde posterga, huye, se esconde, miente... y poco sabe sobre lo que hace, lo que quiere o a dónde se dirige. Si han de ser cobardes, séanlo hoy... pero solamente hoy. Mañana habrá muerte, soledad, inseguridad, injusticia. Mañana harán falta cordura, decisión, solidaridad y sensatez. El mañana es hoy. Lo que no se pueda hoy, que se pueda mañana, pero se haga hoy.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Purificate y vive!