Sabotaje divino

Uno hace planes. Se ilusiona. Mantiene los pies en la tierra. Luego vuela. Después cae de un trancazo y se hunde un poco en el lodo. Se queda ahí un tiempo, moviéndose lentamente para no sumergirse más. Finalmente, sale, pero los pies le pesan. Uno está cansado. Uno reza, primero para pedir fe, y luego para mover montañas. Pero no hay montañas, es una planicie. Uno toma fuerzas. Uno es más grande de lo que creía. De pronto, y sin saber cómo, los pies tocan la tierra pero el cuerpo ya no pesa nada. Uno tiene sueños, hace planes, se le frustran, hace otros. Uno se da cuenta que el destino conspira a su favor. Entonces, deja de planear y ejecuta. Uno es producto de sus decisiones... y de la inspiración divina.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No creo que sea un sabotaje, más bien es una guía del camino que debes de seguir, y la frustración divina la debes de tomar como si te dijiera algo así:

"Sé que por este camino hubieras logrado grandes cosas, pero por este otro lo harás mejor"

Y es así como sigues planeando y soñando otra vez.